viernes, 31 de enero de 2014

Cómo rehabilitar una moto dada de baja (los obstáculos)

Algunos detalles que hay que tener en cuenta para conseguir que nuestra “lucha” con la administración llegue a buen puerto.


Hoy vamos a ahondar un poco más sobre esos puntos y algunos obstáculos que pueden dar al traste con nuestro trabajo. Porque tratando con la administración la lista de peros puede ser más larga que la propia lista de requisitos a cumplir. Veamos lo que nos podemos encontrar.

En el primer paso, el de pedir un informe sobre el estado administrativo, puede tener varios resultados. Podemos encontrarnos con una baja temporal, una situación que nos obliga a que el titular que aparece en tráfico que tramitó esa baja colabore, porque necesitamos su DNI, que nos firme el contrato de compra-venta y una autorización para que podamos hacer los trámites en su nombre. Y puede que aún así en tráfico nos digan que necesitan que el titular se presente en persona o que traigas su DNI original.

El vehículo puede estar dado de baja en una fecha posterior a enero de 2003. Esta fecha es cuando se inició el primer plan renove, aquel en el que los vehículos antiguos se daban de baja a cambio de una ayuda para comprar un vehículo más moderno. Los dados de baja a partir de esa fecha se supone que lo han sido para acabar en un chatarrero, con lo que la administración considera que no pueden ser rehabilitados. Mal asunto si tenemos uno de baja tras esa fecha.

El vehículo que rehabilitamos en esta ocasión estaba dado de baja a principios de los años ochenta. En aquel momento (no conozco la fecha concreta) se tramitaron muchas bajas porque hubo un cambio en la reglamentación y hubo quien no actualizó la documentación de su vehículo, con lo que la administración les dio de baja de oficio. Esto implica que los datos de esos vehículos están en los archivos de Tráfico, pero no están accesibles a través de la red informática. Con lo que se da la situación que tuvimos nosotros. La Dirección provincial de Alicante no tiene acceso a ellos y la de su provincia de origen si, pero necesitan unos días para rebuscar entre los archivos hasta localizar el papel físico.

Algo parecido pasa con algunos vehículos muy antiguos. Y en caso de que no localicen la documentación original el impreso acaba diciendo que no aparece esa documentación, con lo que puedes iniciar la rehabilitación. En Alicante además hay una excepción y es que en los años ochenta el archivo físico de tráfico sufrió una inundación, con lo que hay aún más vehículos de los que la administración no puede facilitar datos. Otra cosa es que el vehículo aparezca a nombre de alguien, que incluso podría haber fallecido hace tiempo. Ahí si que es prácticamente imposible rehabilitar nada. Porque en este país arreglar una herencia parece casi tan complicado como que se apague el sol o llueva para arriba.

La administración requiere que para casi todos estos trámites se presente el DNI original de ambas partes. Algo complicado si la moto está a nombre de alguien de la otra punta del país, o un tercero que no sea la persona que te ha vendido la moto. No todo el mundo se presta a dejar su DNI a alguien que no conoce (ironía off), por eso cuando a nosotros nos pidieron el documento del padre del actual propietario tuvimos que improvisar un contrato de compra-venta entre nosotros para poder iniciar el trámite. Como ya expliqué en al anterior artículo. Esto no es ningún delito, sino que se aprovecha un resquicio que tiene la administración para hacer un trámite.

Según su propio reglamento un vehículo que se ha dado de baja es como una maceta. Puede ser comprado y vendido sin necesidad de realizar ningún procedimiento administrativo. Pero si llegas a tráfico les suele costar un buen rato de explicaciones si el vehículo que llevas viene con un contrato de compra-venta en el que no figura el nombre del último propietario que les aparece a ellos en el ordenador. Por eso si no no aparece en el ordenador tienen que “tragar” con el contrato que sea. Otra opción consiste en que un notario haga un acta de manifestaciones en la que diga que ese vehículo es tuyo desde hace más de dos años y que dos testigos confirman ese hecho. La pega es que los notarios no trabajan de gratis y hay que pasar por caja de nuevo, además del tiempo que lleva y que retrasa un poco más todo el procedimiento.

Con todo esto creo que os he contado la práctica totalidad de mis conocimientos a la hora de enfrentar la administración para hacer una rehabilitación. Ya expliqué al principio que mi conocimiento se basa en la experiencia que me ha dado los trámites que he hecho en unos cuantos años. Pero que esto no significa que mis palabras sean para tomarlas al pie de la letra como si fueran una ley. Lo mejor siempre es perder algo de tiempo y, amablemente, preguntar en las ventanillas. Si empiezas con un “buenos días” y una sonrisa las cosas no suelen acabar mal.


Lo que pasa es que desde finales del año pasado en casi todas las Direcciones Provinciales de Tráfico se ha instaurado un sistema de cita previa, que significa que tienes garantizado que tu trámite se realizará el día seleccionado. Pero que no significa que te vayas a ahorrar las colas, porque la ventanilla que da los números sigue siendo la misma a la que acude todo el mundo, tenga cita o no.


A partir de aquí os queda evaluar si esa moto tan interesante que has encontrado, y que está de baja, te interesa. Porque además de aprender mecánica tendrás que aprender algo de papeleo administrativo para conseguir rodar con ella legalmente por la calle. Sólo me queda deciros que mi amigo ya rueda feliz y contento por la calle con la moto de su padre totalmente restaurada. Y creo que el padre también está muy contento con su nueva-vieja moto.

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jueves, 30 de enero de 2014

Cómo rehabilitar una moto dada de baja (los trámites)

¿Te pica el gusanillo de comprar una moto vieja y restaurarla? ¿Has encontrado una moto interesante a buen precio pero no tiene documentación porque está dada de baja? Rehabilitarla no es imposible, hay que seguir un proceso administrativo que puede asustar a algunos, pero os aseguro que no es tan complicado como puede parecer en un primer momento.


Vaya por delante una aclaración, en mi caso los consejos que os puedo dar no son los de un asesor ni nada parecido. Se basan en mi experiencia personal. Por lo que en algún momento puede que el procedimiento tenga alguna laguna técnica. Pero el resultado final es el mismo, con la ventaja de que te ahorras un dinero a cambio de gastar unas cuantas horas haciendo colas delante de una ventanilla. Tu decisión básica es esa, puedes pagarle a una gestoría y olvidarte, o hacer tú el trámite y de paso aprender que la administración no es inexpugnable. Tampoco me gustaría que los gestores se sientan atacados ni nada parecido, porque en los tiempos que corre cualquier trabajo siempre es bienvenido, y no pretendo que ellos se queden sin su negocio.

Primer paso, informe de antecedentes

Este informe de antecedentes conviene pedirlo incluso cuando la moto (o el vehículo que sea) tenga documentación. Con este informe en la mano podemos conocer el historial de transferencias que ha tenido ese vehículo, cuando se matriculó por primera vez, si ha tenido algún problema en la ITV o detalles que puede que el vendedor no te haya explicado con la suficiente claridad porque los desconozca (o no le interese contártelos).

En la última rehabilitación que he ayudado a hacer nos encontramos con una situación un tanto especial. Al tratarse de un vehículo matriculado en una provincia andaluza, en la Dirección Provincial de Tráfico de Alicante emitieron un informe que simplemente decía que no les constaba que ese vehículo tuviera ningún antecedente. Esto traducido al idioma de la calle significa que estaba dado de baja pero que tráfico desconocía todo lo demás de él. Y que por lo tanto podíamos iniciar la rehabilitación sin problemas.

Como el vehículo pertenecía al padre del actual propietario, pedimos los antecedentes a la Dirección Provincial de Tráfico de origen, donde nos emitieron un informe más detallado, que indicaba que la moto estaba dada de baja en los años ochenta y que el primer, y único, propietario había sido el padre del propietario. Pero este informe no se lo facilitamos a la Jefatura de Tráfico de Alicante porque nos impedía hacer el trámite.


El impedimento estaba en que si presentábamos la rehabilitación con un contrato de compra-venta entre el padre y su hijo nos exigían aportar el DNI original del vendedor. Y eso era totalmente imposible. Así que optamos por la opción más sencilla. Hicimos un contrato de compra-venta entre nosotros, y así teníamos los dos DNI originales en mano para iniciar el trámite de rehabilitación sin más demora.

Iniciamos la rehabilitación

El primer paso, tras abonar la correspondiente tasa en la caja (noventa y tantos euros) nos dirigimos al funcionario que nos esperaba en su ventanilla. Allí presentamos la documentación, consistente en, un contrato de compra-venta del vehículo y copia del informe que previamente había emitido la Dirección Provincial de Tráfico de Alicante. Con esto el funcionario nos preparó un oficio en el que nos solicitaba los siguientes trámites y documentos.

En primer lugar teníamos que ir a la ITV (de nuestra elección) para solicitar una Inspección por rehabilitación. Una vez superada esa inspección la ITV emitiría una nueva ficha técnica. Con esa ficha técnica habría que ir a la oficina de recaudación del ayuntamiento para abonar la parte proporcional del impuesto de vehículos de tracción mecánica (el conocido vulgarmente como sello o chapita). También teníamos que ir a la delegación territorial de hacienda para abonar los impuestos pertinentes por transmisión de vehículos. Y una vez abonados todos estos impuestos y tasas podríamos volver a Tráfico para acabar el trámite de la rehabilitación.

En un rápido resumen, os comentaré que en la ITV nos pidieron, además de copia del oficio de Tráfico, nuestros DNI, copia del informe que tenía más detalles (el de Tráfico de la provincia de origen) y nos dijeron que tenían que pedir la ficha técnica original a su archivo general. Esto tardó unos diez días. Una vez que la ITV tuvo en su poder la ficha técnica original nos dieron cita para pasar la ITV. Esta inspección fue un poco más detallada que la habitual periódica. Pero nada complicado, ya que comprobaron el número de chasis, las medidas de los neumáticos, las luces, los frenos, los topes de la dirección, que el claxon funcionara y pasar una prueba de sonido que dio la cifra de 94,2 dB. Con la ITV superada sólo cabía esperar tres o cuatro días más para que nos confeccionaran la nueva ficha técnica.

ITV conseguida ¿y ahora qué más?

Con ese documento en la mano, lo siguiente era pasar por hacienda y pagar la tasa de transmisión de vehículos. Esto en la Comunidad Valenciana se puede hacer on-line, ya que cuentan con un programa en el que introduces todos los datos, el valor reflejado en el contrato, y automáticamente genera el impreso con la cantidad que hay que ingresar en cualquier banco. Al tener la moto más de 12 años (fue matriculada por primera vez en 1964) la tasa es fija, 10 euros, pero si fuera más moderna se aplicaría unos baremos en función de la cilindrada y los años que tenga el vehículo. La ventaja de hacerlo on-line es que puedes ajustar la cifra de la compra venta para que no haya que abonar mucho más que lo que aparece en sus tablas.

El siguiente paso fue acercarnos a la oficina de recaudación tributaria de Alicante, para pagar la parte proporcional correspondiente al año en curso. Allí nos volvieron a pedir copia de la ficha técnica del vehículo y el DNI del titular para cumplimentar todos los impresos. El pago se hizo in situ mediante tarjeta de crédito.

Con todo esto, ya podíamos ir a Tráfico a completar el trámite. De nuevo una hora de espera y llegamos delante de la ventanilla con su funcionario correspondiente que recogió copia de toda la documentación y nos dijo que volviéramos en un par de días a por el permiso de circulación ya con los datos del nuevo titular. Sólo quedaba contratar un seguro adecuado para poder circular tranquilamente de nuevo por las calles y carreteras de todo el mundo.

http://www.motorpasionmoto.com//industria/como-rehabilitar-una-moto-dada-de-baja-los-tramites?utm_source=NEWSLETTER&utm_medium=DAILYNEWSLETTER&utm_content=POST&utm_campaign=29_Jan_2014+Motorpasion+Moto&utm_term=CLICK+ON+TITLE#

CUIDADOS DEL SCOOTER

Tener la moto o el scooter en este caso a punto es fundamental por disfrute y seguridad, para tener siempre confianza en su funcionamiento te explicamos aquí qué debes tener en cuenta siempre.


Cuando el scooter es el vehículo en el que te mueves diariamente no está nada mal saber un poco de su funcionamiento. No nos referimos a que te conviertas en un experto en mecánica ni tan siquiera que te armes de herramientas para emprender operaciones que un usuario normal debe dejar en manos de los expertos. Pero sí que seas capaz de tratar bien a tu scooter, sepas identificar los puntos donde pueden surgir problemas y en la medida de lo posible tomar medidas para evitarlos y que por tanto funcione todos los días tan bien como el primero.

¿Es el scooter más sencillo de mantener que una moto?

Por un lado el scooter es más limpio que una moto porque al contar con carrocería para tapar la mecánica esta recibe menos impactos ambientales. Pero por eso mismo, en caso de avería es más laborioso de desmontar y montar para llegar a la fuente del problema.

En principio las mecánicas de los scooters son más sencillas que las de las motos, ya que sus motores no buscan potencia sino fuerza para mover la transmisión automática, pero en el fondo al final las posibles averías vienen a ser muy similares. Quizá el talón de Aquiles de los scooters con respecto a las motos convencionales podamos encontrarlo en la batería. Salvo en el cada vez más raro caso de los scooters con arranque auxiliar por pedal, si la batería no está en forma no habrá manera de arrancarlo, mientras que con una moto siempre cabe la posibilidad de recurrir al clásico empujón para salir del apuro.

Por eso este es uno de los puntos esenciales, pero tampoco debemos olvidarnos de que al contar con mucho plástico para cubrirlo todo la limpieza de la carrocería es esencial, o que por el escaso recorrido de las suspensiones estas pueden dar más problemas a consecuencia de los baches o un uso más rudo del que se ha pensado en principio al diseñarlas.

En definitiva, que en tu scooter la mecánica esté oculta de la vista no significa que no necesite atención. Vamos a repasas 10 puntos muy sencillos de controlar y que debes tener en cuenta para evitar problemas:

1.- Limpieza de la carrocería: las carrocerías de plástico sueles ser muy robustas pero también son sensibles a las circunstancias ambientales y los productos químicos. Limpiar con frecuencia el scooter te permitirá tenerlo siempre bonito, que es importante, pero sobre todo evitará que se acumule suciedad formada por grasa, polvo y otros agentes químicos que juntos pueden acabar con el buen aspecto de la pintura. Además si dejas que la suciedad se acumule acabará entrando por las juntas de los diferentes componentes de la carrocería y entonces será muy difícil de eliminar sin desmontar. Otra razón importante para recomendar tener el scooter limpio es que te darás cuenta mucho antes de cualquier fuga de líquido, porque no te pasará desapercibida en cuanto se produzca, facilitando su control y que no vaya a más.

Para limpiar el scooter usa champús especiales formulados para no atacar al plástico ni a las pantallas trasparentes o las tulipas plásticas de las luces y emplea bayetas de algodón. El mejor acabado se consigue secando a mano o con aire a presión el scooter una vez limpio, para que no queden residuos al evaporarse el agua. Nunca lo laves al sol, y mucho menos dejes que lo seque la luz solar directa o envejecerás los plásticos.


2.- Calentamiento: siempre vamos con prisas y muchas veces contrarreloj, pero los motores de explosión necesitan un período de calentamiento para que las piezas internas funcionen dentro de los juegos de tolerancia para los que han sido diseñados. Además el aceite lubricante, encargado de evitar la fricción de las piezas móviles, está depositado en el cárter cuando la moto está fría y parada, por lo que es muy conveniente arrancar el motor y dejarlo funcionar al ralentí mientras te equipas con el casco, los guantes y todo lo necesario para comenzar la marcha, dejando que la bomba de aceite haga su trabajo y lubrifique todas las partes, especialmente la culata. No lo hagas al revés, que la gasolina que puedes ahorrar es mínima y sin embargo acortas la vida del motor cada vez que arrancas y sales “pitando”. Tu moto gastará menos aceite y con el paso de los kilómetros la diferencia de funcionamiento es enorme entre un motor tratado con cuidado y otro maltratado al arrancar.

3.- Iluminación: Las bombillas de los vehículos se funden de vez en cuando y por seguridad (y porque es obligatorio) es importante comprobar que todas las luces hacen su trabajo. No hay cosa más sencilla ni rápida, una costumbre que acaba convirtiéndose en automática. Por ejemplo, si haces lo que te recomendamos en el punto anterior y dedicas un minuto a dejar el motor en marcha antes de salir es el momento perfecto para revisar que llevas luz delante y detrás y de vez en cuando comprobar que los cuatro intermitentes lucen correctamente y la luz de freno advierte a los que van detrás de ti para que hagan lo propio. Cambiar una bombilla suele ser fácil y barato. Revisa el libro de instrucciones de tu scooter, donde debe venir una explicación clara de cómo hacerlo.

4.- Batería: Como hemos dicho es el punto clave de los scooters. Las baterías de los scooters no suelen estar muy accesibles. Suele ser necesario desmontar una o más piezas del interior del portaequipajes para acceder a los bornes y no digamos nada cuando es necesario cambiarlas (cada scooter tiene sus peculiaridades…). Esto sumado a que como ya hemos dicho no hay manera de arrancar a empujón, hace que merezca la pena estar siempre ojo avizor con este elemento. Por cuestiones de normativa que me parecen particularmente bastante discutibles, en casi todos los scooters y motos actuales las luces se encienden “sí o sí” al activar el contacto. Esto hace que las baterías tengan que soportar innecesariamente la potencia extra de la iluminación al tiempo que soportan el momento de uso más exigente de su funcionamiento, que es mover el motor de arranque. Para evitar tener un día la sorpresa de que la batería no puede arrancar el motor, lo primero que debes hacer es ser observador y detectar cuando el sonido del arranque o la bajada de intensidad de las luces te estén indicando que la batería no está en buena forma. No esperes a quedarte tirado y vete buscando una batería nueva.

¿Qué podemos hacer para alargar la vida de la batería? Pues así las cosas no mucho, pero sí algunas cosas: ten en cuenta que el frío y las baterías no se llevan bien, porque se descargan espontáneamente mucho más rápido con bajas temperaturas, así que evita aparcar la moto a la intemperie en zonas frías para evitar acortar la vida de la siempre cara batería. Otra precaución: si vas a dejar una temporada tu scooter parado, ten la precaución de desconectar la batería… lo agradecerás a la vuelta.

5.- Neumáticos: Lo que nos mantiene sobre la moto son los neumáticos y mantenerlos a ellos correctamente es por tanto muy importante. Revisa las presiones con frecuencia -al menos una vez al mes- manteniendo la medición recomendada por el fabricante del scooter. Es fácil a simple vista detectar cuando un neumático ha perdido aire. También se puede apreciar en marcha, pero como el aire se suele escapar muy despacio es posible que no te des cuenta, de ahí la necesidad de revisarlo al menos una vez al mes: si pierdes aire continuamente, tendrás que estar mucho más atento entonces y mirarlo una vez a la semana. Si perdieras aire a este ritmo… habría que ir a un especialista en neumáticos para solucionarlo, seguramente sin necesidad de reparar el neumático.

También debes controlar su desgaste. Si ha superado las barras transversales que todos llevan entre los surcos de la banda de rodadura llegó el momento de cambiarlos sin esperar más.

6.- Suspensiones: Los problemas con las suspensiones suelen venir de fugas por el desgaste o rotura de los retenes que unen las barras telescópicas de la horquilla y de los amortiguadores. A simple vista enseguida nos daremos cuenta de que hay alguna fuga de aceite… si tenemos la moto limpia, claro. Además de ser un síntoma de abandono, una fuga de aceite hará que la amortiguación pierda capacidad para retener las compresiones de la suspensión y por tanto será más fácil que se produzcan oscilaciones en curvas y al frenar, así como golpes secos por hacer tope. Se trata por tanto sobre todo de una cuestión de seguridad y también de agrado de funcionamiento. Si no tienes fugas puedes hacer como casi todo el mundo y dejar el aceite de la horquilla ahí “eternamente”… o tener al cabo de dos o tres años de uso un detalle contigo mismo y cambiarlo por aceite nuevo del mismo tipo. ¡Lo notarás de inmediato!

7.- Frenos: Una vez más la inspección visual es de vital importancia. “El ojo” te puede decir si hay peligrosas fugas de líquido de frenos, si los discos tienen surcos perimetrales o si las pastillas están o no desgastadas (esto último también te lo dirá finalmente el oído…). Otro arma infalible para detectar problemas de frenos es evidentemente el tacto. Una maneta demasiado esponjosa o con largo recorrido ineficaz indica que los frenos, ya sean de disco o de tambor, necesitan atención. Con los frenos no se juega, así que ante cualquier problema hay que meter el scooter en el taller y hacer la operación necesaria. Como sucede en el caso de las suspensiones, casi nunca nos acordamos del sufrido líquido de frenos, pero algunos fabricantes recomiendan sustituirlo cada dos años. Los sistemas de frenos de disco suelen tener una pequeña ventana en el depósito de líquido de frenos que permite comprobar visualmente su nivel. Si ves que baja, es que hay alguna fuga: deberás rellenar para no empeorar la situación, pero para hacer las cosas bien deberás reparar la fuga y purgar el circuito.

8.- Aceite: Como ya hemos indicado el aceite requiere un calentamiento antes de exigirle funcionar dentro de sus parámetros ideales, así que no vamos a ahondar ahí. Pero los lubricantes, pese a todos los cuidados que tengamos, siempre tienden a quemarse en la combustión en una proporción mínima, pero que siempre está presente. Por eso tenemos que vigilar el nivel de aceite del motor de vez en cuando. Es una operación rápida y sencilla que no requiere más herramienta por lo general que un pañuelo por si al terminar nos tenemos que limpiar las manos. Si vigilas el nivel con frecuencia tendrás claro cual es el nivel de consumo de lubricante del motor de tu scooter: puede que sea prácticamente nada o puede que sea suficiente para tener que rellenar con algo de aceite entre las revisiones oficiales. Si es así usa el aceite con las especificaciones recomendadas (normas API y SAE) y a poder ser no mezcles sintético con mineral (a mí tampoco me gusta mezclar marcas aunque tengan la misma base, pero hay quien dice que no pasa nada…).

Presta atención a las fugas que puedas detectar a simple vista. Indicarán que algo que debería ser estanco no está bien cerrado: puede que haya que cambiar un retén (lo que puede indicar también un problema en un rodamiento) o sustituir una junta, pero siempre es indicador de que algo no va bien y es mejor actuar antes de dejar que las averías vayan a más.

Otro caso es que tu motor eche humo azul por el escape (los motores de 2 tiempos siempre echan humo azul…). Esto indicará que llega demasiado aceite a la cámara de combustión, y que internamente hay algún elemento importante que falla: segmentos, asientos de válvulas, etc.

9.- Bujías: para que el motor queme la gasolina correctamente es imprescindible que la bujía de encendido de miles de pequeñas chispas por minuto, y lo haga con una enorme precisión. ¡No es fácil ser bujía! Y sin embargo casi ninguna se queja... o no lo notamos, porque realmente las bujías tiene una vida útil limitada. Sufren mucho por ejemplo cuando por lo expuesto en el punto anterior entra un gran exceso de aceite en la cámara de combustión y se acaban engrasando. Con el tiempo se acumulan depósitos en su cabeza y en los electrodos que falsean la chispa. Esto se traduce en mayor consumo de combustible y dificultad para arrancar (si la bujía está mal, acabará pasando factura la batería…). Si el escape humea mucho puede ser otro síntoma de problemas de bujía.

Limpiarla es fácil si eres un poco manitas: se cepilla con un cepillo de metal, se comprueba que el electrodo está a la distancia correcta con unas galgas y eso es todo, posiblemente nos habremos ahorrado una bujía nueva.

10.- Filtro de aire: El filtro del aire es el elemento que evita que el polvo y las partículas del aire se cuelen en el sistema de admisión de la moto, lo que podría tener efectos desastrosos. El problema es que para filtrar hay que poner algún sistema de restricción que deje pasar el aire pero no partículas de tamaño mayor, y eso quiere decir que con el tiempo, dependiendo de la zona por donde circulemos, este sistema de filtrado irá obstruyéndose, afectando a la admisión de aire necesario para la mezcla. Un filtro tupido hará que la moto queme más gasolina que aire, produciendo una mala combustión que se traducirá en el aumento del consumo de combustible, pérdida de potencia y ahogos, dificultad para arrancar y que puede acabar derivando en averías como estropear las bujías o el caro catalizador, en el caso de que tu scooter lo tenga.

Por eso es recomendable sustituirlo una vez al año, o cuando menos limpiarlo con una pistola de aire a presión de dentro para afuera (para sacar las partículas adheridas por donde entraron…) con cierta frecuencia.


Y eso es todo. ¿Te han parecido muchos consejos? ¡Pues alégrate entonces de que tu scooter no tenga cadena como las motos

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