lunes, 28 de julio de 2014

Técnicas de conducción: scooter nuevo y piloto inexperto

Si a la vez que estrenas moto te estrenas como motorista, necesitarás prestar el doble de atención en tus primeros pasos, digamos la primera semana. Con la mecánica «virgen», esa primera semana de uso será fundamental para conseguir un buen rodaje inicial: no abras gas a fondo ni dejes que el motor «estire» (aún con medio gas cuesta abajo se acelerará) del todo durante esos primeros kilómetros. El tráfico urbano es ideal: olvídate de salir a acumular kilómetros en vías rápidas porque es incluso contraproducente.
Aprovecha para pasear tranquilamente por tu ciudad, redescubriéndola sobre dos ruedas, porque las constantes paradas y arrancadas rodarán perfectamente motor, transimisión y frenos. Intenta hacer no menos de 30 kilómetros diarios contando con tus desplazamientos (eso es entre una hora y hora y media al día) y tendrás ya en una semana bastante soltura, y tu scooter o moto estará ya bastante rodado para afrontar con éxito el resto de su vida contigo.
En cuanto a tu actitud al manillar, deberá ser muy diferente de la que tuvieras al volante: más relajado, pero mucho más atento a lo que hacen los demás, manteniendo mayores distancias de seguridad y estando pendiente también de lo que pasa por detrás de ti (espejos) para indicar con antelación cualquier maniobra
(luz de freno e intermitente). Y el pulgar izquierdo siempre a punto para esos «toquecitos» de bocina que pueden salvarte de más de un susto.


Alcances

Olvídate de esa mala costumbre «cochera» de observar de cerca la matrícula del que tienes delante: en moto necesitas más espacio para detenerte ante un imprevisto, y si no tienes ese espacio chocarás con él. Además conviene no ir justo por el centro del carril: en moto puedes elegir por qué parte circulas, y si lo haces por un lado tendrás mejor «escapatoria» si quien te precede se detiene o hace una maniobra brusca. Andando sobre dos ruedas siempre tenemos que aprovechar nuestra ventaja en altura y visibilidad para anticiparnos a la situación del tráfico, y si estamos empezando a descubrir nuestro nuevo vehículo nos conviene tener todavía más «margen» del habitual porque nuestras reacciones serán más lentas. Para eso, ya sabes: circula alejado del coche que te preceda y hazlo además por un lado del carril.


Esas "trampas"

La ciudad está llena de «trampas» que son invisibles cuando vas sobre cuatro ruedas, pero que sobre dos son peligros: tapas de alcantarilla, rejillas de ventilación, líneas blancas de pintura, manchas de grasa acumulada en los semáforos (zona central, goteo acumulado), humedad residual de riegos o lluvias… la lista es muy larga. Perder adherencia en moto, incluso circulando sin tener que frenar o girar, te puede desestabilizar, así que debes aprender a ir esquivando todas esas trampas de forma natural: al principio tómatelo como un juego, y verás que rápidamente empiezas a hacerlo casi inconscientemente. Si tienes que frenar fuerte mira siempre por dónde estás pisando para evitar sorpresas, y mira también hacia dónde ir (esquiva) si no frenas a tiempo. Estar atento al tráfico ayuda a que las sorpresas lo sean menos.

Circunvalaciones

En grandes avenidas, pero desde luego en circunvalaciones y autovías, cuando se circula a una velocidad más alta conviene multiplicar nuestra atención, pero la mirada ya debe dirigirse más a lo lejos, hacia donde nos dirigimos, no por donde estamos pasando como cuando estamos en el tráfico urbano, más lento. Deberemos estar atentos cerca de los accesos para saber de antemano por dónde nos desviaremos sin cortar la trayectoria de otros vehículos, y evitando que lo hagan ellos tanto al salir como al entrar a la vía por la que estemos circulando: es mejor cortar gas y apartarse un poco para facilitar el acceso a un coche, que empeñarse en que «espere»… porque si no lo hace el problema será nuestro. Y, como en ciudad, usa los lados de tu carril para tener una «escapatoria» siempre a punto.


Por detrás

Algunas de nuestras motos o scooter son muy ágiles en la ciudad pero no destacan por sus prestaciones (sobre todo los 125), algo que sólo se hace evidente cuando salimos de las vías urbanas. En circunvalaciones o vías rápidas puede que otros vehículos (coches, pero también algún autocar) te «achuchen», así que procura no circular por carriles rápidos (hazlo por la derecha) y cuando lo hagas, porque el ritmo del tráfico te lo permita, estate muy atento a los retrovisores. Si te siguen demasiado cerca unos toquecitos al freno (luz) les advertirá y ahuyentará. No circules nunca «echado a la derecha», porque pueden entender que «das paso», intentarán pasarte sin respetar la distancia de seguridad y te pondrán en peligro; si quieren y pueden adelantar, que lo hagan correctamente por otro carril, o que esperen.

El truco

Este truco lo hemos repetido en nuestra sección muchas veces, pero nunca está de más recordarlo: somos los primeros en desear unas ciudades más limpias y silenciosas, pero un pequeño «toque» de bocina en moto
puede salvarte de muchos problemas y apenas molesta a nadie. Para poderlo hacer a tiempo, casi sin retraso por el tiempo de reacción, tienes que llevar siempre el pulgar izquierdo apoyado en el botón de la piña que acciona la bocina cuando las condiciones del tráfico puedan hacerte pensar que necesitarás hacerlo: al pasar entre coches parados o entre estos y una fila de aparcados, cuando veas alguien arrancando uno donde vas a pasar… Minimizar el tiempo de reacción en la frenada también es posible con un truco similar: llevar siempre uno, o dos, dedos en cada maneta de freno. Intenta hacer esto por sistema y verás cómo ganas en seguridad.


No te olvides


  • ¿El rodaje ideal de una moto nueva? Pues sencillamente hacer unos 30 kilómetros mínimo diarios durante la primera semana, tranquilamente, a punta de gas y sin pisar otra cosa que calles de tu ciudad. A partir de ahí, dejar que estire algo más y abrir progresivamente más gas hasta la primera revisión.
  • En moto no sirve de nada dar «frenazos»: hay que mantener mayores distancias de seguridad y estar atento al tráfico por delante del coche que nos precede para evitar alcances.
  • El peor golpe es el que puedan darnos por detrás: nunca te pares sin avisar, indica todas tus maniobras claramente y con antelación, y estate muy pendiente de los retrovisores.
  • Acostúmbrate a esquivar tapas de alcantarilla, rejillas, manchas del suelo y otras «trampas» que en coche pasan desapercibidas pero que en moto pueden tirarte.
  • En vías rápidas no te quedes circulando en carriles rápidos si tu moto desarrolla pocas prestaciones, y nunca te eches a la derecha «dando paso»: que te adelanten cuando puedan.
  • Para tus primeros pasos sobre dos ruedas, nada mejor que la tranquilidad y la paciencia: en moto siempre llegas antes y aparcas a la primera, no quieras llegar más pronto aún.
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jueves, 24 de julio de 2014

Técnicas de conducción: atención a los taxis

Aunque los taxistas son profesionales de la conducción, como los conductores de autobús o los repartidores, lo cierto es que todos estos colectivos tienen comportamientos que muchas veces parecen más de conductor eventual que de alguien que debe conocer muy a fondo el comportamiento del tráfico, los problemas que se presentan y las actitudes que empeoran esos problemas: cruces bloqueados, falta de facilidades a quienes salen de accesos difíciles, cambios repentinos de carril o de dirección... por no citar algunas infracciones tan comunes como el no respetar las prioridades de paso, el no ceder éste a los peatones en pasos de cebra, no respetar los semáforos o los carriles de dirección obligatoria, etcétera.
Pero no nos ocuparemos de esto en esta ocasión, sino de algo que debemos tener en cuenta cuando circulamos por una ciudad con mucha presencia de taxis: cuando viajan con pasajero están sujetos a los caprichos de éstos, que pueden pedir una parada improvisada, o que no estaban seguros de su destino y de repente quieren parar «aquí y ahora». Y cuando viajan sin pasajero, también pueden ser imprevisibles pues puede aparecer alguien que le detenga en cualquier parte y, por desgracia, no suelen dejar pasar la oportunidad de dejar de ir sin carga, sea cual sea el estado del tráfico detrás suyo.


Taxi parado

Al igual que en su día vimos que ocurre con los autobuses, cuando un taxi está parado en el borde derecho de la calzada seguramente es que un viajero va a subir o bajar de él a la acera: es, pues, muy mala idea intentar pasar por la derecha de ese taxi (entre éste y el bordillo) porque nos encontraremos ese peatón repentinamente. Por otra parte, un taxi que está circulando despacio y por la derecha también es posible que vaya a detenerse en cualquier momento, cuando el taxista o/y el propio viajero identifiquen su destino, o si alguien le detiene para cogerlo si iba vacío. En ambos casos, y si el tráfico no nos deja otra opción que ir detrás suyo, debemos dejar amplio margen y tener preparadas «escapatorias» para que cuando se detenga no nos coja por sorpresa. Recuerda la norma número uno de las dos ruedas: jamás ir «pegado» al vehículo que nos precede.

Taxi en movimiento

El que un taxi esté circulando por la derecha y lentamente nos hace pensar que va a efectuar una parada pronto y por tanto alertará nuestros sentidos, alejándonos de su parte trasera o mejor incluso adelantándole. Pero eso no significa que debamos «bajar la guardia» cuando seguimos a un taxi que circula por un carril central: fíjate en su interior... ¿Lleva pasajero? Si no, deberemos prestar algo de atención a los alrededores (aceras) además de al tráfico delante nuestro, pues si aparece un peatón levantando la mano posiblemente ese taxi que nos precede frenará de improviso para intentar dejar de circular vacío. Si llevaba pasajero, ¿está quieto y tranquilo o parece estar buscando algo? En ese caso cuidado, quizás está llegando a su destino, que no conoce con exactitud, y puede pedir al taxista que se detenga, cosa que tal vez haga. En general no es buena idea circular detrás de un taxi: pásale, o mantén una distancia de seguridad extra.

No te olvides


  • Atención dentro del tráfico urbano a taxis, también autobuses o furgonetas de reparto, pues pueden hacer paradas inesperadas con más facilidad que el resto de vehículos en circulación.
  • No sigas demasiado cerca jamás a ningún vehículo, pero ten especial cuidado con los taxis porque no sólo dependen de ellos mismos sino de los caprichos del pasajero.
  • Nunca pases por la derecha de un taxi parado al lado de la acera, y cuidado en calles de un solo carril por ambos lados: de un taxi se bajan pasajeros, que muy raramente miran antes de abrir la puerta y podrías llevártelo puesto.
  • Ten claro siempre por dónde pasarás al taxi que te precede a la primera oportunidad que te dé el tráfico para hacerlo, así además tendrás una «escapatoria» preparada en caso de parada súbita.
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Técnicas de conducción: aparcar correctamente

La opción más evidente para aparcar nuestra moto cuando llegamos a nuestro destino es la propia calzada: los ayuntamientos cada vez se conciencian más de la necesidad de reservar espacio para las dos ruedas, y de paso quitárselo a los cuatro ruedas limitando así su presencia y mejorando la circulación.
Si llegamos donde hay aparcamiento de motos, debemos dejarla allí, y hacerlo «en batería» según estén las señales, no bloqueando otros espacios. Si no, no la dejes nunca entre los coches: les impediremos la maniobra de salida y posiblemente fuercen la situación golpeando nuestra moto y tirándola al suelo; harán mal, pero no pongas tu moto en esa trampa y evitarás problemas. Cuando no hay espacio en la calzada, la alternativa es la acera, pero no «vale todo».


Aparcar en la acera

Tengamos claro que la acera es para los peatones: no circules por ella con el motor en marcha. Como recurso para dejar nuestra moto nos viene muy bien, pero atención. No la dejes al lado de las fachadas, pues las personas mayores o invidentes usan las paredes de guía y apoyo. No la dejes en el otro extremo, al lado del bordillo, si pueden aparcar coches, porque no podrán abrir sus puertas (o tirarán la moto al hacerlo). No la dejes cerca de paradas de autobús (impedirás el acceso a éste de los pasajeros), ni bloqueando aunque sea parcialmente pasos de cebra u otros accesos (metro, garajes). Un buen sitio es, cuando la acera tiene árboles, entre los huecos de éstos, ya que por allí no pasa nadie y no molestará además de estar bien resguardada.

El truco

Subir (y bajar) bordillos puede ser más complicado de lo que parece, sobre todo para scooter con ruedas pequeñas para los que un bordillo normal es un obstáculo notable, y cuya altura libre al suelo suele ser pequeña. Si tienes que subir a la acera, echa un vistazo alrededor primero para ver si la altura del bordillo es algo inferior en algún punto, o si éste está «roto» (sin canto vivo) o mejor aún si hay un rebaje (entrada de garaje): por ahí subirás mejor. Al «atacar» el bordillo, hazlo siempre en ángulo recto (perpendicular a la calle) porque si lo haces en ángulo la rueda no subirá, resbalará y es muy fácil (y habitual) sufrir una caída por este
motivo; haz las maniobras que debas, mejor tenlo previsto desde unos metros antes, pero «entra» recto. Una vez la rueda delantera arriba, sigue con algo de gas para conseguir algo de inercia sobre todo si el bordillo es alto, pues sin inercia la rueda trasera podría no subir bien. Y ya está. A la hora de bajar, aguanta cada rueda con los frenos para evitar impactos violentos: si baja de golpe y se hunde la suspensión es fácil que los bajos del
scooter o la moto (la quilla si tiene carenado) se dañen contra el bordillo.


Recuerda


  • La acera es de los peatones y nosotros somos, en nuestra moto, intrusos agresivos para ellos: no circules por ella, llévala de -o al- aparcamiento despacio y discúlpate si cortas el paso a alguien.
  • No aparques tu moto donde obstaculice movimientos de otros vehículos, porque posiblemente tengan poca consideración con tu frágil «dos ruedas».
  • Si debes aparcar en la acera, hazlo donde no moleste a los viandantes: ni cerca del bordillo, ni sobre todo al lado de las fachadas.
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lunes, 21 de julio de 2014

Técnicas de conducción: cuidado con los coches

Al circular por las calles de nuestras ciudades hay una serie de situaciones que se repiten con bastante frecuencia y que son un riesgo para quienes andamos sobre dos ruedas, pues lo que entre coches es un despiste que se arregla con un parte de chapa y pintura, a nosotros puede tirarnos al suelo. Sin embargo, con una actitud correcta al manillar, ese riesgo no pasará de mera anécdota, por eso siempre insistimos desde esta sección en ese «sexto sentido».
En esta ocasión abordamos algunas de las típicas «trampas» en las que podemos meternos sin querer. Pasar por la derecha de coches o autobuses detenidos es una de las más claras, alguien puede bajarse de ellos. Aprovechar el sentido contrario para adelantar en un semáforo, deprisa y sin prestar atención a los coches parados o no prevenir las trayectorias, incorrectas pero reales y potencialmente peligrosas, de los demás vehículos en las glorietas, otra más de las más habituales «sorpresas» urbanas de cada día.

Giro inesperado (ilegal)

En calles amplias y avenidas es bastante habitual aprovechar a pasar por el sentido contrario, vacío, para llegar antes al semáforo, y la mayoría de policías municipales hacen la vista gorda con ello ya que a fin de cuentas contribuimos a la fluidez (ojo que pueden multarte perfectamente porque ¡circulas en sentido contrario!). El problema, y hay que estar muy atento a ello, es que en ese atasco que estamos evitando puede haber alguien que se ha equivocado de dirección, o que pretende ir por otro lado, y puede salir (incorrectamente) perpendicularmente de la cola para cambiar de sentido. Normalmente no mirará ni avisará (no imagina que alguien pueda venir por ahí), así que cuando lo hagas, hazlo a muy baja velocidad, sin prisa, para tener tiempo de avisar o frenar, o esquivar, a quien dé media vuelta de esa forma. Ocurre mucho, insisto: no lo hagas deprisa.


Giro inesperado (legal)

Al contrario que en el caso anterior, en esta otra situación «típica» tú estás circulando de forma totalmente correcta, pero es el coche que te precede o está a tu lado el que decide cambiar de carril, o tomar una bocacalle, de forma imprevista y por supuesto sin avisar (algunos ponen el intermitente a la vez que dan un volantazo… eso no es avisar obviamente). Hay momentos en que evitar esa situación de riesgo es imposible, pero sí que se puede y debe practicar una conducción defensiva en previsión de que pueda ocurrir: por supuesto no ruedes demasiado cerca de quien te precede, aumenta la vigilancia sobre quien puede «cortarte» en cada cruce según cómo sea la calle (si es de dirección única a la derecha, el riesgo vendría de la izquierda, y viceversa) y, muy importante, evita colocarte en las zonas «ciegas» de los coches cuando estés cerca de un cruce (o entrada de aparcamiento o recinto) «candidato» a volantazo.

Bajada de pasajero

Los coches y autobuses van llenos de gente, y en ocasiones esa gente tiene que bajarse… Hay una recomendación obvia pero que debe hacerse porque muchos lo descubren cuando es demasiado tarde: jamás pases a un autobús o taxi parado por su derecha, porque es por allí por donde se bajarán los pasajeros. En el caso del autobús, el riesgo es de atropellar a algún peatón recién bajado, en el del taxi es más posible tropezar antes con la puerta abierta (el pasajero no tiene espejos y raramente mira hacia atrás antes de bajarse). Existen zonas donde la posibilidad de que se baje alguien es muy evidente, cerca de paradas de autobús por ejemplo o cerca de entradas de hoteles o centros comerciales, pero es algo que puede ocurrir en cualquier lugar, y la prevención es tan sencilla como no pasar nunca por el lateral más derecho cuando la fila está parada.


Glorietas y "trazadores"

Hace ya unos cuantos años que se implantaron las «glorietas» en nuestro país como una forma más segura de hacer cruces entre calles y carreteras, pero la mayoría de conductores siguen sin circular correctamente por ellas: el error más común, aparte de no respetar la preferencia de paso del que está ya dentro de la glorieta, es pretender «trazarla» tomándola por el interior aunque deban salir hacia el exterior en el siguiente acceso. El problema es que tú puedes estar circulando correctamente por esa glorieta, por el carril exterior, y quien está circulando por el interior a tu izquierda pretenda cruzarse en tu camino para salir hacia la derecha: es el golpe más habitual en glorietas y la culpa siempre es del que circula por el interior. Tener razón no sirve para evitar el riesgo: fíjate en la actitud de quien está a tu izquierda, prepara el dedo en la bocina, y evita estar donde no pueda verte.

El truco

Circular por nuestras calles en moto exige no bajar nunca la atención sobre lo que ocurre a nuestro alrededor si
queremos detectar a tiempo situaciones de riesgo para que no pasen de ser anécdotas. Una gran ayuda para
eso, para reaccionar a tiempo ante una situación complicada, es tener las manos preparadas: lo hemos comentado en estas páginas más de una vez, pero no está de más insistir en que llevar los dedos índices apoyados en las palancas de freno, y el pulgar izquierdo en la bocina, nos permitirá ganar unas preciosas décimas de segundo cuando necesitemos hacer uso de ellos para frenar o tocar la bocina para avisar de nuestra presencia. Acostúmbrate a llevar siempre los dedos «preparados» de esa forma cuando estés en mitad de tráfico denso, o cuando te acerques a una zona en la que es previsible que alguien haga movimientos imprevistos, y no tardarás en descubrir cómo es de importante ese tiempo ganado de reacción, aparte que la propia actitud ante lo que ocurre a tu alrededor mejorará (estarás más atento y menos relajado)


No te olvides


  • Cuidado al aprovechar los semáforos si circulas por el sentido contrario para llegar a «primera línea», pues la calle despejada puede dar a alguno de los coches la idea de dar media vuelta y se te llevará «puesto». Nunca lo hagas deprisa, siempre con cuidado y mirando si algún coche está girando sus ruedas.
  • Al sobrepasar caravanas, cuidado cuando pases a camiones, autocares y furgonetas cuyo volumen te impida ver por delante suyo: detrás puede aparecer un peatón cruzando por donde no debe, u otra moto…
  • Nunca pases por la derecha, al lado de la acera o de coches aparcados, a vehículos detenidos, y menos aún si son taxis o autobuses: se podría bajar un pasajero cruzándose en tu camino.
  • Circulando normalmente por una calle de varios carriles, presta atención a las que cruzan: en su dirección podría decidir irse alguno de los coches que circula contigo. Deja más espacio de seguridad y prepara una maniobra evasiva por si efectivamente decide dar un volantazo e irse por allí…
  • Cuando circules por una rotonda ten presente que la mayoría lo hace mal y «traza» por dentro cuando tienen que salir inmediatamente. Prepara el dedo en la bocina y aumenta la distancia de seguridad.

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miércoles, 16 de julio de 2014

Técnicas de conducción: colocarse bien

Los carriles de nuestras calles y carreteras son bastante amplios como para que por ellos pueda circular hasta el tráfico pesado (camiones y autocares), así que cuando vamos en una ágil moto o scooter tenemos un enorme grado de libertad a la hora de elegir por dónde circulamos. Cuidado sin embargo porque ese grado de libertad no implica que no «tengamos» un carril: desde el punto de vista legal sí lo tenemos, con nuestros derechos y obligaciones respecto al resto de ocupantes de la vía, otra cosa es que por agilidad, incluso por seguridad, podamos ser capaces de cambiar ágilmente de uno a otro, o de posición dentro del nuestro. Y de eso precisamente tratamos este mes: de «dónde» nos conviene estar en cada momento dentro de nuestro carril, para estar mejor preparados ante una posible situación de riesgo, o para circular lo más seguros, y posiblemente también rápidos, posible. De la misma forma que una correcta colocación de las manos en mandos y manetas, o una adecuada postura, favorecen nuestra precepción del tráfico alrededor y facilitan una reacción más rápida y más correcta ante un riesgo inesperado, igual de bueno es estar bien colocado en pleno tráfico, o estar trazando correctamente en una zona de carretera: no es sólo cuestión de imitar a los pilotos de Gran Premio, que buscan la máxima eficacia en cuanto a rapidez, se trata de saber anticiparse a lo que está por venir, que para nosotros puede ser una curva más cerrada o un obstáculo, o quizás una recta en la que podremos acelerar más pronto.

Tu sitio

El código de circulación dice que debes circular «en la parte derecha del carril o lo más pegado posible a ésta». Olvídate de eso. Debes buscar siempre tu sitio dentro del carril, en el entorno del tráfico que tengas, por el bien de tu seguridad. Si lo haces ante una intersección en la que se pueda girar a la derecha, es muy posible que algún coche que gire de improviso corte tu trayectoria, en ese momento estés en su zona de «no visibilidad» (si es que mira) y se te lleve por delante: ahí tienes un ejemplo perfecto para estar situado justo en el otro lado del carril, o en el carril adyacente a la izquierda. Podríamos poner muchos más ejemplos, pero lo importante es que captes la idea: debes estar correctamente colocado para el tráfico (no puedes estar a la derecha para girar a la izquierda) pero también teniendo presente qué «pueden» hacer los demás para prevenirlo.
 



Escapatorias

Lo hemos comentado muchas veces, pero no está de más insistir: nunca vayas por el medio justo de tu carril y menos si vas detrás de un coche (del que no estarás demasiado cerca ¿verdad?). Si ese coche frena de golpe no podrás evitar darle por detrás, pero si estás circulando apartado a un lado, será fácil esquivarlo y, como mucho, hacerle un arañazo sin más consecuencias para tu moto (a la que un golpe frontal sienta fatal, sobre todo los scooter son muy frágiles delante). Es algo en lo que debes pensar siempre circulando por ciudad o por cinrcunvalaciones (importante al ser mayor la velocidad): buscar «escapatorias», percibir qué coches andan algo más separados y qué huecos tenemos por delante que nos sirvan para ir hacia ellos en caso de necesidad. Circular «buscando huecos» ayuda a esto y, sorprendentemente, puede ser más seguro que hacerlo «siguiendo el ritmo del resto».

Trazar: entra tarde

En carretera, pero también en ciudad, olvídate de las trazadas «de ciclista» que pretenden redondear al máximo las curvas para pasarlas a la máxima velocidad y lo más constante posible. Tu moto puede acelerar y frenar mucho más que una bicicleta, y hay que saber aprovechar eso: esa trazada clásica implica tocar el vértice (punto más interior) de la curva justo mediada ésta y da por hecho que a partir de ese punto tendrás la misma trazada que antes, pero muchas veces no es así. Debes reducir la velocidad antes de la curva y «aguantar» la frenada hasta dentro, y buscar el ápice sólo cuando ya tengas visión de por hacia dónde vas a salir para acelerar. En ciudad tienes una oportunidad de practicar esto en cada esquina, girando después del primer paso de cebra y antes del segundo, y pasando por ellos sin pisar la zona blanca (una ventaja extra).
 



Anticipación: ábrete

Pilotando un coche a veces se usaba la técnica del «balanceo», moviendo ligeramente el volante hacia el exterior de una curva a la que íbamos a entrar para «abrirnos» (y descargar las suspensiones del lado exterior, ése es el motivo). Sobre dos ruedas y en conducción diaria esto es necesario o recomendable, pero por motivos muy diferentes: para poder ver mejor hacia donde vamos, y es de alguna forma la «exageración» de la trazada que hemos visto antes con entrada tardía, ya que abriremos la trayectroria para luego cerrarla. Pero es una exageración necesaria, porque en muchos casos dentro del ambiente ciudadano no basta sólo con la ventaja que nos da una frenada alargada y entrada tardía: hay que, directamente, abrirse para ver hacia donde giraremos, posiblemente porque haya obstáculos que nos impidan la vista (muy habitual al doblar esquinas).

El truco

Ya que es poco frecuente que tratemos la conducción en carretera en esta sección, más que nada porque la revista va más dedicada a scooter y motos urbanas hasta 125, me parece conveniente insistir en el tema de las «trazadas» porque todos los días veo... lo mal que lo hace la mayoría. Pero es que es muy fácil caer en la tentación de, al girar, quedarse en insinuar a la moto el inicio de la curva y dejar que ella haga el resto. Eso no es conducir o pilotar, es dejarse llevar. No «entres» en las curvas antes de tiempo: aguanta la frenada, y la entrada (el momento en que inclinas y diriges la moto hacia un imaginario punto interior), hasta bien «dentro». Si te anticipas no podrás ver bien qué te espera, y es fácil salir demasiado «abierto» en la aceleración posterior:
en carretera eso significa el carril contrario (en curvas a derechas) o el temido guardarrail (en curvas a izquierdas), pero en ciudad también es posible que te pase y significa acercarse demasiado al borde de la calle, donde un coche puede abrir una puerta, o un peatón bajar de la acera.

No te olvides…


  • No circules necesariamente por la derecha de tu carril: ocúpalo con orgullo para que no lo invadan, pero con astucia para poder prevenir los movimientos de los demás.
  • Cuidado en las vías rápidas a «apartarse» si no llevas una moto veloz, el vehículo que te siga puede interpretarlo como que le dejas pasar y esa maniobra posiblemente no sea segura para ti: aguanta, y cuando pueda pasar correctamente que lo haga, no antes.
  • No sigas nunca de cerca y por su mitad trasera el coche que te precede, si no quieres engrosar más pronto que tarde las estadísticas de «alcances» de moto a coche (es el siniestro número uno).
  • Mantén las distancias longitudinales (sentido de la marcha) de seguridad, pero busca siempre terreno libre en sentido transversal, viendo por dónde podrías escapar si el tráfico se complica o los coches deciden chocar entre ellos (ocurre a menudo).
  • Acostúmbrate a girar «pasándote de frenada», empezando el giro «tarde», y no sólo estarás más cerca de cómo pilotan Pedrosa o Rossi, sino que estarás más lejos de un posible riesgo que, entrando pronto y haciendo la curva «vencido», no podrías evitar tan fácilmente.
  • Si en la esquina que vas a doblar, o curva a trazar, existen obstáculos que impidan ver bien hacia dónde vas (furgoneta de reparto, árbol, etc), ábrete antes de hacer la curva para ver mejor. No entres nunca «aciegas».
http://www.motociclismo.es/consejos/tecnicas-conduccion/articulo/tecnicas-conducci%C3%B3n-colocarse-bien

Técnicas de conducción: lluvia en verano

Para muchos, la presencia de la lluvia equivale a dejar la moto o scooter aparcado. Lo cierto es que, precisamente cuando llueve, es cuando mayores atascos se forman y cuando más podemos aprovechar nuestras ventajas en agilidad y facilidad de aparcamiento, sobre todo si vamos en scooter, que ofrece una protección muy superior (no te mojas los pies, en moto la rueda delantera se encarga de empaparlos y lo suyo es ir con botas). Sin embargo, ir en moto con lluvia tiene sus contrapartidas: la incomodidad del agua (y frío) y el menor agarre del suelo. El frío y la humedad se combaten con buen equipamiento: desde que existe el Gore-Tex y membranas equivalentes no hemos vuelto a pasar frío ni mojarnos cuando llueve, así que invierte (porque duran muchos años, es una inversión) en una chaqueta y guantes apropiados si no lo has hecho ya. Eso, un pantalón de agua sencillo (plástico, para scooter incluso uno barato de Decathlon sirve) y por supuesto casco integral (nunca recomendamos usar abierto, pero si llueve obviamente menos).
Que el suelo resbala más es evidente, y en algunas zonas lisas, cuando ya en seco no agarra mucho, con agua se convierten en hielo: eso, y que los coches que nos acompañan en el tráfico «ven menos» por culpa del agua, nos debe hacer ser mucho más prudentes de lo normal. Deberemos ser suaves en nuestra conducción, y deberemos tener mayores márgenes y estar más atentos a los movimientos de quienes nos rodean. Pero debemos evitar ir «con miedo»: tómate la lluvia como lo que es, un elemento natural con el que hay que contar.

Prohibido pisar ahí

Hay una serie de superficies que ya en seco «dan respeto» por su poco agarre, pero que con agua se convierten en zonas muy deslizantes, tanto que pueden ser como hielo. Algunas son ya muy populares: las líneas blancas (señalización horizontal) son, todavía con muy contadas excepciones sólo, la amenaza mayor y más presente en todas las calles y carreteras. Cuidado, pues, con todo lo metálico (tapas, rejillas) o superficies pintadas, todo lo que sea «liso». Algunos pasos de cebra permiten «apuntar» para evitar pisar la pintura, pero en otros casos no hay forma (por no hablar de los «criminales» de algunos ayuntamientos, pintados enteros a dos colores). Cuando pase eso, que no quede más remedio que pasar por una zona muy deslizante, pásala «suelto», sin frenar, ni acelerar, ni girar. No hagas movimientos extraños que puedan hacerte perder la adherencia.


Sin miedo

Conducir agarrotado o «con miedo» porque está lloviendo o todo mojado, puede ser peor que hacerlo con demasiada «fogosidad» en estas condiciones. Procura conducir «suelto», las brusquedades fruto del miedo son muy malas: suavidad y calma son las claves de una conducción segura en agua. Imagina que «te están mirando» y que pretendes parecer muy seguro de lo que haces. Para perder el miedo, pon a prueba el agarre frenando con fuerza, primero con el trasero para ver con qué facilidad bloquea y cuánto agarre tienes realmente (suele ser más del que crees, pero a veces menos del que parece), pero también con el freno delantero: si no pruebas cuánto puedes frenar en esas condiciones, no lo sabrás y no podrás estimar cuáles son tus márgenes de seguridad reales. La prueba del freno trasero da mucha confianza y buena idea de cómo están las cosas.

Charcos: cuidado

Las motos, debido a la estrechez de los neumáticos (la «huella» tiene forma de elipse) y su pequeña zona de contacto con el suelo, son mucho menos propensas a sufrir «acuaplaning»: en coche es fácil sentir que alguna rueda está «flotando» sobre el agua en cuanto ésta se encharca ligeramente, perdiendo todo control en ese punto, más ahora que está tan de moda llevar ruedas anchísimas en los coches incluso ligeros (poco peso y mucha rueda igual a problemas en mojado). Pero incluso una moto con neumáticos anchos, sólo «pisa» esa pequeña zona ovalada que evacua bien el agua. Así que no tengas miedo si vas a pasar por un charco. Eso sí, el problema puede estar oculto bajo el agua: un bache o agujero, una rejilla u otro elemento deslizante… cuando estés atravesando esa zona, no hagas brusquedades, pasa con precaución por si encuentras un obstáculo escondido.


Sin visibilidad

Es posible que el mayor problema que tengas si llueve, sobre todo viajando, no sea si resbala más el asfalto mojado, sino que, sencillamente, no tengas visibilidad, y no nos referimos sólo a cuando otro vehículo te salpica. Es un gran problema, que además debe solucionarse «por anticipado»: si donde vives, o donde vas a viajar, suele llover, usa una visera nueva sin arañazos (evitan eliminar homogéneamente el agua y crean deslumbramientos de noche), y es buena idea usar «X-Rain» por fuera si tu visera lo admite (el agua «resbalará» dejándote ver bien), y «pin-lock» para evitar empañamiento por dentro. Si además usas gafas y la cosa se pone fea, mejor párate un rato a descansar: recuerda que una retirada a tiempo es una victoria…

El truco

Además de «olvidarse» de la incómoda lluvia y concentrarse en conducir suave y sin miedo, el mejor truco para conducir en mojado es poner a prueba la adherencia del suelo que pisamos. Un piloto de MotoGP sólo necesita hacerlo una vez porque rueda en circuito, pero nosotros pasamos por calles y carreteras variadas, con firmes de diferente tipo y en diferente estado de conservación. Es imprescindible que aprendas el «truco» de usar tu freno trasero para bloquear un instante esa rueda y así poder determinar cómo está el agarre, y adaptar tu ritmo y distancias de seguridad en consecuencia. Descubrirás la mayor parte de las veces que el agarre es mayor del que creías, buenas noticias, pero también de vez en cuando que hay zonas en las que hay que andarse con muchísimo cuidado…


  • Las ruedas es lo único que nos une al asfalto. Siempre insistimos en su importancia, y en la de llevarlos correctamente hinchados, pero si llueve, «más». Una rueda gastada y aparentemente «suficiente» en seco nos puede dar un serio disgusto en mojado, y cuesta poco dinero cambiarlas (al contrario que en muchas motos).
  • Presiones: si eres de los que la mira con frecuencia, ya sabes lo importantes que son y cuánto se notan. En agua puede ser una buena idea llevarlas ligeramente bajas (en su presión, pero en la parte «baja»), apenas perderemos agilidad y precisión y ganaremos agarre. Ojo, que si bajas más el resultado será peor, y además correrás mayor riesgo de acuaplaning (menos presión igual a más acuaplaning).
  • Evita pisar lo que no sea asfalto limpio y rugoso. Huye de líneas blancas, tapas, rejillas, etcétera, que con agua son «hielo».
  • Conduce suave: como si estrenaras tu moto o scooter, trata los mandos con suavidad y mimo.
  • Sé suave, pero decidido: si vas con miedo y agarrotado, cometerás más errores. Es peor eso que ir «demasiado alegre».
  • Buena visión: no «aproveches» las pantallas del casco si están arañadas, y usa productos que ayudan a mejorar la visibilidad en mojado. El «X-Rain» es tan milagroso como anuncian, en serio.
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martes, 8 de julio de 2014

Técnicas de conducción: riesgos ocultos

El famoso dicho popular que «es mejor prevenir que curar» no puede ser más cierto, ni de mayor aplicación que en el caso de la circulación en moto o scooter: sobre dos ruedas se necesita cierta anticipación para poder evitar con seguridad una situación de riesgo. Por eso es muy importante tener un buen nivel de atención a lo que ocurre alrededor nuestro, y sobre todo saber cómo está el tráfico algo por delante, para ganar esos instantes de anticipación que nos darán ventaja a la hora de decidir una maniobra evasiva por seguridad. Si en línea recta eso es relativamente sencillo, ante un giro o cambio de sentido no lo es tanto: es importante «abrirse» antes de girar para poder contar con un mayor y mejor campo de visión, y eso no sólo se aplica en carretera o en esquinas de ciudad, sino en calles estrechas con salidas de callejones o aparcamientos, donde deberemos ir cambiando ligeramente de lado para poder contar con la mejor visibilidad posible, siempre.
Otro lugar donde hay abundancia de «trampas ocultas» son las gasolineras. Sobre dos ruedas tenemos que visitar con frecuencia las estaciones de servicio ya que nuestros depósitos son pequeños, y allí cada gota de combustible derramado puede darnos un buen susto al frenar o apoyar los pies.

Esquinas ciegas

Camiones o furgonetas de reparto aparcados en una zona de carga y descarga, autocares esperando viajeros… son varios los posibles obstáculos que te puedes encontrar y que te impidan ver hacia dónde te diriges cuando doblas una esquina. Es posible que luego tengas peatones cruzando en un paso de cebra (o sin él), que de la otra calle esté saliendo un vehículo… una situación que si no puedes ver, no podrás prevenir. Para evitarlo en lo posible, no te ciñas demasiado al lado hacia el que vas a girar: abre la trayectoria antes, y eso te permitirá contar con un campo de visión más amplio. Y lo que puedas ver, podrás prevenirlo. En general, intenta abrir la trayectoria antes de una curva o un giro, porque eso forzará menos tu posición en la salida, y te permitirá ver antes lo que te espera.


Incorporaciones repentinas

Es un problema para alguien con un coche de morro largo salir de una incorporación estrecha o con mala visibilidad: tienen que «asomarse» y meter la parte delantera de su vehículo en la calzada para llegar a ver si disponen o no de paso… y es posible que tú estés llegando a esa zona y se crucen en tu trayectoria, poniéndote en una situación de riesgo. Igual que en una curva conviene no ir ceñido a la parte interior de ésta antes de trazarla, para tener mejor campo de visión tampoco es bueno andar por las calles arrimado a un lado (ya sea el derecho o izquierdo) sino centrarnos para disponer de más visibilidad, especialmente donde veas que hay accesos: callejones, salidas de aparcamientos, etcétera.

Regueros deslizantes

Al acercarnos, o dirigirnos, a una estación de servicio, nos metemos en una zona llena de «sorpresas»: los camiones cisterna dejan a veces regueros de combustible al entrar o salir, los camiones y autocares de todo tipo tiene a veces depósitos cuyos tapones no son nada herméticos y al salir tras llenar dejan sus propias «huellas» de gasoil, y por último en el mismo surtidor habrá manchas de quien haya insistido demasiado en un llenado, o al descolgar la manguera… Todas las manchas de combustible resbalan mucho, las de gasoil las que más (y encima tarda mucho en evaporar y secar), y en especial cuando además caen gotas esas zonas patinan como el hielo: mucho cuidado. Atención, pues, al andar cerca de una gasolinera con esos posibles regueros después de ésta, en recta y sobre todo si hay glorietas u otros giros cerca, y cuidado dónde frenamos y dónde apoyamos los pies al parar a repostar.


Tapas y registros

La ciudad también existe por debajo del asfalto de las calles, y los accesos al subsuelo pueden esconder desagradables trampas para quienes andamos sobre dos ruedas. Tapas de alcantarilla, registros de teléfonos o electricidad, rejillas de ventilación de aparcamientos o metro… Todos suelen estar realizados en metal, y el metal resbala seco, y patina muchísimo si está húmedo; pero además de resbalar, lo peor es que algunas veces esos registros no están bien asegurados, y pueden esconder una trampa todavía peor que un resbalón. Tú no puedes saber si minutos antes un pesado camión ha pasado por allí agrietando el soporte y si bajo el (no tan poco) peso de tu moto puede vencerse… Evita, por tanto, siempre que sea posible pasar por encima de estas tapas, rejillas y registros, y ten mucha atención si debes pasar por ellos.

El truco

A veces, lo veas antes o no, te encuentras sobre una de esas «trampas invisibles», una zona de agarre desconocido. Un buen truco es usar el freno trasero para «tantear» ese agarre: sin frenada combinada obviamente (si contamos con ella en nuestro scooter, tenemos más seguridad si hay que frenar pero no podemos usar este truco), usaremos la maneta izquierda (o el pedal derecho en una moto) para frenar bruscamente provocando un momentáneo y breve bloqueo de la rueda trasera. No necesitarás mucha práctica para conocer cómo se bloquea la rueda en condiciones de agarre normal, y por lo tanto de darás cuenta enseguida de cómo está el agarre en comparación: pruébalo varias veces antes de encontrarte en esa situación y aprenderás a tener esa sensibilidad, que por otra parte se adquiere fácilmente. Descubrirás que muchos asfaltos aún con agua (lluvia, riego) agarran más de lo que parece, y que otros más pulidos ni siquiera en seco ofrecen un agarre muy bueno.

No te olvides


  • Para andar más seguros sobre dos ruedas debemos anticiparnos a los posibles riesgos que aparezcan para poder reaccionar a tiempo y evitarlos.
  • No empieces a trazar una curva desde la parte interior de ésta: «ábrete» siempre antes para tener mejor perspectiva de lo que viene detrás.
  • Cuidado con circular demasiado pegado a un lado de nuestro carril: si alguien «asoma» en un callejón o salida de aparcamiento nos lo encontraremos en mitad de nuestro camino.
  • Atención al acercarte circulando a una estación de servicio, sobre todo a su salida: los vehículos recién llenados pueden echar combustible y debes evitar pasar por esos regueros.
  • Lo peor son los restos de gasoil: tarda en evaporarse y con agua es una mezcla que patina más que el hielo… Cuidado pues en aquellas gasolineras donde repostan camiones y autocares, y luego tengan alguna glorieta o curva.
  • Las gasolineras están llenas de posibles trampas: las manchas de combustible patinan mucho, cuidado donde apoyas los pies, y cuidado dónde va tu rueda delantera cuando frenes.
  • Evita pasar por encima de tapas, rejillas o registros en las calles: podrían no estar bien asegurados y ser una trampa.
  • Si no te queda más remedio, cuidado al pisar esas tapas metálicas: patinan muchísimo, especialmente cuando están húmedas.
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