lunes, 30 de junio de 2014

Técnicas de conducción: frenar con seguridad

El problema de las motos y scooter es que tienen poca superficie de contacto (y presión) de las ruedas con el suelo, de forma que es bastante fácil bloquearlas en una frenada, no digamos si es de emergencia. Una rueda bloqueada no puede ser «dirigida»: si es la trasera tenderá a adelantar a la delantera y la moto se «cruzará» desestabilizándonos, y si es la delantera provocará un par de reacción fuerte en el manillar que normalmente lo girará y nos desequilibrará, llegando a provocar una caída. Pero hay que apoyarse siempre en el freno delantero, es el que nos detendrá lo antes posible (ver recuadro «el truco»).
La tecnología ha mejorado mucho la «seguridad activa» (la que evita un accidente) y en los modelos con ABS frenar rápido y seguro es tan sencillo como tirar a fondo de las manetas o pedal. Los sistemas de frenada combinada (maneta izquierda en muchos scooter) «imitan» cómo frena un piloto experto, que se ayuda un poco del freno trasero al usar el delantero para estabilizar la moto y reducir el espacio de frenada, pero normalmente
frenas antes si, además, también «tiras» de maneta delantera.

Cuidado cuando el suelo resbala (lluvia, asfalto sucio), ahí hay que dar más preponderancia al freno trasero, algo especialmente cierto en el caso de scooter (reparto de peso atrasado) y por supuesto más aún al andar con pasajero.
Veamos algunos casos habituales en los que deberemos frenar fuerte, y cómo evitar que se conviertan en una situación de riesgo.

Salida de emergencia

Por más bien que sepamos frenar, a veces nos faltarán metros para detenernos. La moto roja iba mal: muy cerca del vehículo que la precede, justo en medio, y al frenar se ha bloqueado mentalmente. La azul, al contrario, circulaba pensando en que podía tener que frenar de golpe, más cerca de una «escapatoria»; y al frenar ha seguido mirando hacia dónde iba buscando evitar colisionar con otro vehículo. Una buena forma si no queda más remedio es meterse entre los coches, evitaremos un brusco (y feo) golpe seco frontal, y es posible que no lleguemos ni siquiera a rozar ni tocar ninguno de los coches. En el peor caso, les haríamos alguna pequeña abolladura y rasguños, pero nosotros y nuestra moto nos mantendríamos prácticamente intactos: puedes llegar hasta a casi caerte y quedarte en pie sujeto por los coches...


Cuidado con lo blanco

No sólo hay que estar atento a los demás vehículos cuando frenemos, el suelo que pisamos es igualmente muy importante para la seguridad de nuestra frenada. Acostúmbrate, como si fuera una «manía», a no pisar nunca la parte pintada de los pasos de cebra, ni las flechas de señalización, ni la mayoría de pintura en el asfalto. Desde luego, evita pisar todo eso cuando tengas que frenar fuerte, porque el bloqueo será seguramente inevitable (o, con ABS, se alargará la frenada mucho). Si es imposible evitar pisarlo, actúa «de ABS» y suelta los frenos para no bloquear. En nuestra «escena» la moto azul se ha fijado hacia dónde iba y ha elegido una zona de buen agarre para detenerse, mientras la roja no se ha fijado y le espera una «sorpresa» en forma de típica trampa urbana.

Cosas imprevisibles

Otra cosa que nos enseña la experiencia es que... «piensa mal y acertarás». Si ves unos niños jugando en una acera, cuidado porque pueden salir corriendo (por supuesto sin mirar) hacia la calle. Si juegan a la pelota, lo que puede aparecer de repente es la pelota… seguramente seguida de un niño persiguiéndola. Si hay un perro suelto en la acera, no es en absoluto imposible que le dé por salir corriendo a la calle cuando te vea en tu moto (¿por qué les llaman tanto al atención?). Estos son sólo algunos ejemplos de «imprevistos» que, como ves, no lo son tanto pues son comportamientos bastante previsibles («harán algo»), y por lo tanto cuando
andemos por ciudad y veamos alguna de estas u otras cosas alrededor nuestro, sabremos que debemos extremar las precauciones, porque en cualquier momento tendremos que hacer esa frenada de emergencia.



Con pasajero

Cuando lleves pasajero debes extremar las precauciones que normalmente tomas: no eres responsable sólo de tu propia integridad, y de los que te rodean, sino que lo eres y mucho de quien te acompaña. El peso del pasajero cambiará el comportamiento de tu moto o scooter notablemente, haciéndolo menos ágil, y la forma de frenar, pues llevamos mucho más peso sobre la rueda trasera y ese freno puede tomar más protagonismo. Enséñale antes de nada a quien te acompañe cómo debe colocarse para no entorpecer tus movimientos y estar cómodo y seguro, y recuerda que en esos momentos es cuando menos necesitas «demostrar» nada, si acaso que eres capaz de conducir con fluidez, suavidad y eficacia.

El truco

Mucha gente tiene un gran «miedo» al bloqueo de la rueda delantera y evita usar ese freno por ello, pero ése es un gran error porque cuando frenamos el peso de la moto (y el nuestro) se transfiere justamente a esa rueda, de forma que es la que tiene más agarre y mejores posibilidades de detenernos: hay que usarlo siempre, y hay que aprender dónde está el límite de agarre de la rueda delantera y qué pasa cuando lo superamos. Basta probarlo en una calle con piso normal y sin tráfico, a velocidad media y sujetando siempre firmemente el manillar con ambas manos para evitar que, si se bloquea, se mueva: aprieta la maneta un poco para que «muerda» y se cargue la suspensión, y empieza a apretar con más fuerza, con suavidad (no de golpe) pero cada vez más fuerte. La rueda empezará a chirriar: estás en el límite de su agarre, y si aprietas algo más (o el suelo cambia un poco) se bloqueará y empezará a patinar; sujetando firmemente el manillar verás como esto ocurre de forma un poco brusca y te llega una reacción que tiende a mover el manillar, pero «no pasa nada», sólo has sentido de forma controlada lo que ocurre cuando ante un imprevisto se «tira» demasiado de maneta derecha, la rueda se bloquea y te vas al suelo, sólo que ahora sabes «a cámara lenta» qué ocurre y cómo evitarlo (mantener el manillar firme). Y también conoces mejor dónde está el límite de frenada de tu moto o scooter: practica.


  • La experiencia, y la pericia adquirida con ella, son claves y marcan la diferencia entre un susto, una anécdota, y algo más aunque sólo sea una pequeña caída o golpe. Créeme, lo veo a diario...
  • Practica, practica, practica: haz frenadas fuertes sin gente alrededor para asimilar hasta dónde puedes apretar tus manetas, y el día de una emergencia, sin tiempo para pensar, lo harás lo mejor posible.
  • Llevar uno o dos dedos puestos SIEMPRE en la maneta de freno, especialmente cuando delante nuestro hay «movimiento», nos hará ganar unas décimas de segundo preciosas si pasa algo: frenaremos a tiempo, y otra anécdota superada.
  • La rueda delantera «manda» en las frenadas: no te olvides de la maneta derecha, es tu auténtica «amiga» y no algo «a temer» por si bloqueas de delante.
  • Si tu scooter tiene frenada combinada, practica para aprender cuál es su límite: la maneta izquierda detendrá el scooter rápidamente y de forma estable, pero al límite bloqueará la rueda trasera y no frenará mucho de delante.
  • Si tu scooter o moto tiene ABS, entrénate para mantener las manetas apretadas frenando al límite, sin dejar de prestar atención al tráfico para poder esquivar algo. Para eso sirve el ABS, para poder seguir dirigiendo nuestro vehículo mientras frenamos muy fuerte.
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miércoles, 25 de junio de 2014

Técnicas de conducción: los adelantamientos

Gracias a su bajo peso y al poco espacio que ocupan las motos y scooter son vehículos muy ágiles, mucho más que los demás con quienes compartimos calles y carreteras, e incluso los 125 cc, con unas prestaciones menos exhuberantes que modelos de mayor cilindrada, tienen que pasar la mayor parte de sus recorridos superando coches, autobuses o camiones, dentro y también fuera de la ciudad.
Si siempre circuláramos en solitario apenas viviríamos ninguna situación de riesgo, pero como vamos sobre dos ruedas justamente por lo contrario (tráfico denso que queremos evitar) vamos a tener que conducir siempre adelantando: en ciudad, simplemente circular ya implicará estar dejando atrás la mayoría del tráfico, pero cada vez que pasemos un coche debemos estar seguros que ése no será el que nos meta en un lío; son gestos que quienes vamos sobre dos ruedas acabamos asimilando y hacemos inconscientemente, pero que conviene ejercitar y desarrollar a base de «gimnasia mental» viendo qué hace y cómo conduce el que va delante nuestro. Es el famoso «sexto sentido» de los motoristas: veamos cómo desarrollarlo en las situaciones más habituales y cómo superarlas sin ningún riesgo.

Ciudad, por la izquierda

Incluso si el conductor de un coche «quiere» prestar atención al tráfico que le rodea –que no siempre es el caso, por desgracia- existen zonas «ciegas» para el conductor, las más importantes desde ambos retrovisores laterales (si están desplegados y correctamente colocados) hacia atrás y en la parte cercana al coche. Cuando vayas a adelantar un coche evita pasar por esas zonas, porque allí eres invisible y si ocurre algún imprevisto no te verán, y además estarás situado demasiado cerca del «contrario» como para poder esquivarle fácilmente si las circunstancias te obligan a ello. Atención cuando pasas por la izquierda un coche y en tu carril haya entradas de garajes o calles en ese sentido próximas, pues ese conductor podría querer ir hacia allí sin avisar y se te llevaría por delante.


Ciudad, por la derecha

Al igual que en el caso anterior, debemos evitar circular por las zonas «muertas» del coche que estamos pasando por su derecha. Atención pues todavía hay en circulación coches sin espejo exterior en ese lado (antiguamente no era obligatorio), y muchos lo llevan plegado (aparcan, lo pliegan al bajarse y se les olvida al subir y, al estar lejos del puesto de conducción, «pasan»), así que por su derecha muchos conductores tienen claramente menos visión de lo que ocurre. Otro motivo para tener más cuidado por este lado es que es más posible que haya entradas a garajes, tiendas, o que lleguen calles por las que desviarse, y el conductor posiblemente no espera (mal porque estás en tu derecho) que vayas a pasar tú con tu moto por allí. Puedes y debes pasar por la derecha cuando el tráfico así lo requiera, pero por ahí conviene aumentar la atención.

Vías rápidas

Si la superior agilidad de cualquier moto o scooter en ciudad es indiscutible, cuando la vía es más rápida la cosa puede cambiar. Sobre un 125 el crucero máximo rondará los 100- 120 km/h, y aunque la ley no lo permita la realidad es que el tráfico se mueve algo más rápido: circularemos pues por nuestro carril derecho, prestando atención al tráfico que nos persigue además del de delante nuestro, y usaremos el carril izquierdo para adelantar cuando alcancemos vehículos más lentos que nosotros. Como siempre, pero con más motivo dada la velocidad a la que rodamos, evitaremos colocarnos justo detrás de quien nos precede: colócate siempre en un lado por el que, si frena de repente, puedas esquivarlo con un suave movimiento, y donde de paso puedas ver qué ocurre por delante (justo detrás no verás nada más que sus luces de freno... si funcionan).


Atención a los rebufos

Como comentamos en el recuadro «el truco», a veces es importante aprovechar que otros vehículos nos abren paso en el aire para progresar en el tráfico: adelantar a otro vehículo cuya velocidad sea prácticamente igual a la nuestra se eterniza y es arriesgado (llegarán por detrás conductores más rápidos), pero con la ayuda del aire podemos conseguir esos km/h extra. Cuidado sin embargo al superar la parte delantera del otro vehículo: chocaremos con el aire que está apartando y eso nos puede desestabilizar, sobre todo si además hay viento lateral. Evítalo abriendo un poco la trayectoria mientras le estás adelantando, de forma que al llegar a superar su parte delantera «esquives» ese frente de aire antes de incorporarte al carril derecho.

El truco

La velocidad máxima de cualquier vehículo viene dada por su penetración aerodinámica y la potencia que es capaz de desarrollar su motor: cuanta mayor penetración y potencia, más velocidad. Pero el aire no es un elemento estático, bien al contrario, así que para una moto o scooter dado, de velocidad máxima conocida «con aire en reposo», siempre es posible conseguir algunos km/h extra con viento a favor y si alguien nos abre camino a través suyo: ahí está la clave para poder aprovechar el llamado «rebufo», el vacío que deja tras de sí cualquier vehículo que está moviéndose en el aire. Un ejemplo: un scooter 125 capaz de 110km/h, cuando alcance un autobús que viaja a 100 km/h, podrá alcanzar durante unos instantes 115 km/h, que le servirán para pasar con autoridad a ese autobús y dejarlo atrás con seguridad. El truco para hacerlo bien es acercarse justo en medio para empezar a pasarle desde cerca de su esquina trasera (momento crítico de seguridad donde debemos estar muy atentos a cualquier eventualidad del tráfico delante nuestro).

No te olvides


  • Cuando vas sobre dos ruedas eres la parte más frágil del tráfico: aunque tengas una gran ventaja en agilidad no olvides evitar meterte en situaciones arriesgadas (los adelantamientos de cualquier tipo lo pueden ser).
  • Señaliza tus maniobras (intermintentes o mano izquierda, breve ráfaga) para que los demás sepan qué vas a hacer, o para anticiparte: aun teniendo alguien delante siguiendo otro vehículo más lento, si tú pones el intermitente antes tienes derecho a empezar antes el adelantamiento que quien te precede.
  • Siempre debes «mirar» bien al coche que vas a pasar y analizarlo: ¿lleva todos los espejos? ¿Están bien colocados? ¿el conductor va acompañado y discute? ¿Habla por teléfono? ¿Fuma? ¿Mira los portales y parece desorientado? Estos y otros detalles te permitirán anticipar una maniobra imprevista suya.
  • No es menos importante que tus propios espejos estén bien orientados: debes estar seguro que nadie viene por el carril que vas a ocupar para adelantar, y debes mantener siempre vigilada tu parte trasera .
  • Cuidado con el viento al adelantar autobuses y camiones. Si antes de llegar a su rebufo había viento, éste no ha cesado por arte de magia: el otro vehículo te está protegiendo, pero en cuanto le pases volverás a recibir el impacto del aire.
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Técnicas de conducción: parada de emergencia

SI andar sobre dos ruedas entre el cada días más agresivo tráfico te parece algo con cierto riesgo, existe una situación mucho más arriesgada que esa: cuando en lugar de circular lo que estás es detenido, parado, en mitad de esa vorágine. Son varios los motivos por los que podemos quedarnos parados, es decir, por los que tenemos que parar obligatoriamente, porque lo que desde luego no es buena idea es detenerse voluntariamente (para hablar por teléfono, por ejemplo) salvo en zonas preparadas para ello, arcenes muy amplios, etcétera. Entre los motivos más comunes que pueden obligarnos a parar están los pinchazos y el quedarse sin gasolina. Los pequeños depósitos en el segundo caso, que nunca conviene apurar precisamente por ello, y la falta de estabilidad en el primero (un coche pinchado puede seguir circulando relativamente bien a baja velocidad, una moto no), son los motivos de eso. También es (menos) posible que suframos alguna avería (una moto bien mantenida evita esas sorpresas), o que hayamos sufrido una pequeña caída o golpe fortuito con otro vehículo.
Sea lo que sea lo que te obligue a parar, recuerda siempre que estar detenido es algo muy peligroso porque otro vehículo te puede llevar por delante. Veamos qué hacer.

Nunca en la izquierda

Salvo que sufras un gripaje «salvaje» que te tire en el lado izquierdo de la calzada, jamás debes detenerte en el arcén izquierdo de una vía rápida. No sólo es peligrosa la detención en sí misma al ser por donde circulan vehículos más rápidos, y que menos esperan encontrar algo o alguien allí detenido, sino que una vez solventado el problema, o para intentar moverse para buscar ayuda, tendrás muchas más dificultades para moverte: casi siempre no te quedará más remedio que cruzar todos los carriles… y volver a hacerlo cuando hayas conseguido ayuda. De hecho la policía puede y debe multarte porque habrás puesto en peligro tu seguridad y la de los demás. Hay quien deja su coche o moto donde mejor le viene «porque ahí se paró», pero (casi) siempre es posible andar unos metros más y dejarlo a la derecha. Hazlo.

Antes, no después

Al detenerte en el arcén derecho, puede que no sirva cualquier sitio: mejor que no sea cerca de incorporaciones o salidas, porque son zonas donde puede haber movimientos inesperados de vehículos. Si no queda más remedio, lo mejor es justo antes del acceso o la salida: si alguien está a punto de saltársela o hace algo que no debe al incorporarse, tú no estarás en mitad de su trayectoria, estarás a salvo. Una ventaja de detenerse en estas zonas, si puedes elegir, es que suelen ser más amplias y más fácilmente localizables, si por ejemplo necesitas que acuda una grúa o alguien (un amigo con gasolina…) en tu rescate: no sólo podrás indicar con precisión dónde estás, sino que podrán acceder fácilmente al lugar.

A cubierto

Cada calle de la ciudad da diferentes oportunidades si hay que detenerse allí, así que nos es muy difícil generalizar. Pero debes seguir las normas generales que estamos dando: te conviene estar siempre «a cubierto», fuera de la trayectoria del resto del tráfico. Una situación habitual es que hayas dado un golpecito a otro coche por detrás (si ibas demasiado cerca, ya sabes que no debes, pero…) y tengas que rellenar el correspondiente parte: no dejes la moto detrás, ponla delante del coche, y poneros vosotros también delante para daros los datos. Tampoco te quedes nunca en zonas «ciegas» tras un cruce o semáforo, ni obstaculizando un paso de peatones, y cuidado en aquellas calles que son «rápidas», pues aunque sean zonas urbanas allí en la práctica vale lo dicho para las vías interurbanas o de circunvalación.

Rápido

Cuando «pasa algo», ya sea avería mecánica o caída o golpe con lesión personal, la rapidez de reacción es vital: antes, para intentar evitarlo; después, para que las consecuencias no sean más graves. La forma de evitar que una situación de riesgo acabe mal la tratamos mes a mes en estas páginas, y si te has perdido alguna puedes verlo en nuestra web. Si algo se estropea en tu moto, mantén la calma para no perder la estabilidad, señaliza tus movimientos y detente. Si has tenido un golpe, o alguien cercano lo ha tenido y necesita ayuda, primero organiza el tráfico para evitar más daños, pide auxilio (112) y ya poneros a ver qué daños hay. La serenidad es fundamental, mira a los ojos al accidentado y tranquilízale con decisión (aunque tú estés más nervioso) y deja que quien sepa de primeros auxilios se ponga en acción.

El truco

Se está poniendo de moda entre algunos usuarios de scooter el andar siempre con un chaleco reflectante puesto, para conseguir mejor visibilidad por parte del resto de vehículos. Cuando se va por vías rápidas, de noche y con una moto o scooter «lento» (125 o menor) puede no ser una mala idea, pero en general no me parece bien usar un chaleco reflectante siempre: puede hacer que la gente se acostumbre a verlos y
empiecen a pasar desapercibidos. Sin embargo sí será algo MUY útil en caso de avería o si necesitas detenerte en la vía, para que te vean y no te atropellen, incluso puede ser útil llevar dos, uno para ti y otro para «hacer de
triángulo» que avise unos metros antes de tu presencia. La mayoría de atropellos, salvo niños y ancianos, ocurren a personas que estaban con su vehículo detenido… y estos chalecos hasta los regalan en algunas tiendas, y plegados caben en cualquier hueco de cualquier moto o scooter.

No te olvides de...


  • Estar detenido en calles o carreteras es peligroso. Sea lo que sea que haya pasado, puede agravarse la situación si no tomamos medidas para evitar un riesgo posterior.
  • Aire. La causa número uno de «quedarse tirado» en moto es un pinchazo, y la mayoría de pinchazos son por culpa de un mantenimiento inadecuado: excesivo desgaste o, sobre todo, presiones erróneas. Las presiones mal controladas además lo que pueden provocar muy fácilmente es una caída por pérdida de estabilidad, incluso a baja velocidad.
  • Gasolina. Después de los pinchazos, quedarse «sin sopa» es por desgracia habitual. Los scooter y motos tienen depósitos pequeños, no los apures hasta la última gota porque lo de menos es empujar, lo malo es si te quedas seco en un lugar comprometido (vía rápida).
  • Evita siempre quedarte en la trayectoria de otros: tarde o temprano alguien llegará despistado y no podrá esquivarte a tiempo.
  • Nunca te detengas en el arcén izquierdo de una vía rápida, aún con una rueda pinchada o sin gasolina tu moto o scooter podrá moverse los metros suficientes como para irte al derecho. Quien venga por detrás tendrá que
  • pararse, recuérdalo, pero hazte ver y señaliza lo que estés haciendo.
  • Cuidado con el arcén derecho, en zonas cercana a accesos o salidas de las vías rápidas.
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martes, 17 de junio de 2014

Técnicas de conducción: vías rápidas

A lomos de un scooter 125 es fácil sentirse el «rey de la ciudad» por su agilidad y facilidad de avanzar en los atascos más densos, y las aceleraciones entre semáforos tampoco plantean ningún reto pese a la limitación a 15 CV de la categoría. Sin embargo al afrontar circunvalaciones o vías rápidas, o salir a carretera, es cuando rápidamente chocamos con sus límites: alcanzan 80 km/h rápidamente e incluso rondaremos los límites legales, entre 90 y 120 km/h de marcador según el tipo de vía, con bastante facilidad, pero el resto del tráfico si las condiciones son de fluidez empezará a rodar a nuestro ritmo sino por encima y pasaremos a ser más débiles debido a esto. Habrá que empezar a estar pendiente del retrovisor ya que dejaremos que ser, como en ciudad, tan rápidos que baste estar pendiente de lo que tengamos delante, y al ser más relativamente lentos dependeremos de lo que viene por detrás. Además deberemos prever zonas problemáticas en las que otros vehículos puedan
cruzarse en nuestra trayectoria, cerca de accesos y salidas de esa vía rápida.

Adelanta si puedes

Salvo que tengas un scooter de cilindrada mediana o alta, capaz de superar los 120-130 km/h reales, las prestaciones de tu moto no son tan superiores a las del tráfico pesado (camiones y autobuses) como para adelantarles con holgura: deberás considerar bien si merece la pena ponerse a ello o no antes de hacerlo, teniendo en cuenta que desde detrás suyo sí saldrás rápido al aprovechar su rebufo, pero al llegar a la altura de su frontal el viento podría «pararte». El riesgo es que te quedes circulando por la izquierda sin poderle sobrepasar y acumulando tráfico detrás tuyo (coches que eran más rápidos y van llegando), él no cortará y tendrás que hacerlo tú para volver a circular detrás suyo. Cuidado en cualquier caso al adelantarles, el viento a su alrededor puede ser violento y provocar cambios en tu trayectoria.


No te apartes

Al circular por vías rápidas con un scooter o moto (o ciclomotor si puede circular por esa vía) que no corre mucho, por norma legal debemos hacerlo en el lado derecho de nuestro carril; sin embargo eso puede provocar que los vehículos que nos alcancen entiendan que les «damos paso», y nos adelanten sin respetar la distancia mínima y poniéndonos en peligro. Ya que circulamos a velocidad correcta (no exageradamente baja ni inferior a la mínima de la vía) y no somos bicicletas, podemos circular más centrados y evitar esa situación, para obligar a que el coche o furgoneta nos adelante cuando pueda hacerlo bien, cambiando de carril correctamente y sin ponernos en una situación de riesgo. Evita también circular demasiado pegado a un vehículo grande que te impida ver el tráfico por delante.

Por el arcén Salidas y accesos

Circular por el arcén no está permitido -salvo ciclomotores en autovía por ejemplo- pero en ocasiones, cuando una autovía o circunvalación está atascada, es la solución más segura para los que vamos sobre dos ruedas respecto de circular entre filas de coches, que pueden cambiar sin previo aviso de carril, desde cualquiera de los dos lados. En particular si lo hacemos por la izquierda (al arcén derecho pueden desviarse vehículos que quieran detenerse por cualquier motivo, cosa que ocurre muy rara vez en la izquierda), y controlando con la mirada que no vayamos a pisar restos que puedan provocar un pinchazo ni irregularidades grandes del terreno (alcantarillas, registros de desagües, etcétera) que nos desequilibrarían. Evita circular por el centro del carril y entre coches cercanos, o no podrás evitar un alcance.



Salidas y accesos

Circular con tráfico fluido por vías rápidas no debe significar en absoluto andar distraido: es importante evitar la tentación de dejar volar la mente cuando parece que el tráfico fluye sin más y vamos con él a velocidad moderada, porque pese a la aparente tranquilidad nos estamos moviendo y estamos rodeados de otros vehículos que pueden decidir cambiar de carril, prepararse para la siguiente salida, o estar incorporándose desde la última entrada. En estas zonas, cerca de accesos y salidas, deberemos extremar el cuidado si circulamos por el carril derecho, pues no todo el mundo prevé con suficiente antelación sus movimientos y pueden cruzarse en nuestra trayectoria. En esas zonas no es buena idea utilizar el arcén derecho (que además estará sucio), es mejor esquivar los coches por su izquierda.

El truco

Como comentamos en uno de los apartados, uno de los peores enemigos que tenemos en vías rápidas es la distracción: en scooter o motos que no desarrollan grandes prestaciones, es fácil andar a tope o casi, seguir la corriente del tráfico y pensar en otras cosas en lugar de esta concentrados en el tráfico y la conducción. Una buena forma de evitarlo es ir viendo cómo se mueven los demás vehículos, y cómo podemos aprovecharlos
para que nos ayuden a combatir el viento, pasando del rebufo de unos a otros. Además si hacemos esto nos daremos cuenta con facilidad de cuáles podemos adelantar y cuáles no, evitando ponernos en problemas con los últimos.

No te olvides


  • Evita adelantar a vehículos que apenas van más lentos que tú: es posible que cuando vayas a superarlos el aire te impida completar el adelantamiento.
  • No circules pegado a la derecha, «apartado», o te arriesgas a que otros vehículos te adelanten sin respetar la separación y te pongan en peligro.
  • Si sigues al vehículo que te precede demasiado cerca y por el centro del carril, no podrás evitar alcanzarlo en caso de frenazo brusco y además perderás perspectiva del tráfico por delante suyo.
  • Usa los arcenes, sobre todo el izquierdo: en el peor de los casos será mejor una multa que arriesgarse a un golpe por andar entre coches (más del doble de riesgo).
  • Máxima atención al circular por el carril derecho cerca de salidas o accesos: alguien podría decidir salir en el último momento atravesándose en tu camino.
  • Cuidado también con el arcén derecho en esas zonas, además del riesgo de otros vehículos habrá suciedad.
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jueves, 12 de junio de 2014

Técnicas de conducción: hazte ver

Según las estadísticas de la misma policía, dos de cada tres accidentes de moto tienen su origen en una acción incorrecta de un coche, y la gran mayoría de veces la explicación del automovilista es la misma: «no le he visto». Por eso es muy importante llevar la luz de cruce siempre encendida, y estar seguro que no tenemos ninguna bombilla fundida, y también por eso es buena idea llevar prendas de colores visibles. Pero sólo con esto no basta: hay que tener muy presente cada momento que estemos sobre nuestra moto o scooter que tenemos que ser lo más visibles que sea posible para los demás conductores, y esto se consigue de dos formas, primero evitando situarnos o pasar en momentos críticos por las zonas de no visibilidad que tienen todos los coches, y segundo evitando hacer maniobras inesperadas y anticipándonos a las de los demás. Queremos insistir abordando en detalle cuáles son las actitudes que nos permitirán evitar situaciones de riesgo dentro del tráfico urbano cuando éste es denso, o cuando el resto de vehículos está directamente detenido y podemos movernos entre ellos gracias a la agilidad de nuestras dos ruedas

Tráfico en movimiento

El motorista de arriba a la izquierda se ha colocado justo en una zona «ciega» del coche que le precede e, incluso si por esa calle no se puede girar, se puede encontrar con la sorpresa que ese coche decide hacer un giro ahí, o detenerse súbitamente; hay que evitar estar en las zonas «ciegas» cuando el otro vehículo llega a una zona donde «no es imposible» que realice alguna maniobra. Frente a un posible giro a la derecha (cruce) mucha atención a los coches que circulan por el carril derecho, pues aún sin señalizar podrían girar a última hora: el motorista (arriba derecha) está mal situado porque no podrá evitar al coche que gira, por más que en principio está en una zona donde el conductor sí puede verle (pero puede no mirar). Situarse, sobre todo si está señalizando, en el otro lado para dejarle hacer su maniobra evitando cruzarnos en su trayectoria es una buena idea.


Atención a las puertas

El motorista que tenemos abajo a la derecha debería circular por la mitad de su carril, el derecho, pero lo hace demasiado cerca de los coches aparcados, con el riesgo de que uno de ellos abra la puerta sin mirar. Es uno de los golpes más habituales en ciudad, algo que «nos ha pasado a todos una vez» pero que puedes ser capaz de evitar incluso esa vez. También es incorrecto circular demasiado «apartado» a la derecha del carril derecho porque damos la posibilidad que un coche venga por detrás con prisa y pretenda adelantar por donde no hay espacio, poniéndote en una situación de riesgo. Tampoco es bueno circular en el otro lado, sobre todo si nuestro carril está libre y pasamos por una zona «ciega » del coche a la izquierda: éste podría intentar un cambio de carril justo por donde estamos pasando.

Tráfico detenido

Semáforo rojo y tráfico parado, pero nosotros todavía podemos movernos para ganar metros hasta el mismo semáforo. Cuidado cuando estemos moviéndonos, pues iremos pasando por zonas «ciegas» de los coches donde deberemos maximizar la atención, en este caso y al estar detenidos habrá que estar atentos al interior del coche pues podría bajarse un pasajero o acompañante. Recuerda que los espejos están colocados (en el mejor de los casos) para que sea el conductor quien pueda ver por ellos, no el pasajero, y éste no tiene ese «instinto» así que seguramente abrirá la puerta sin mirar y sin cuidado: mucho ojo con los taxis, pero no sólo con ellos, y en tus recorridos habituales aprende a fijarte en detalles de dónde y por qué se baja más gente, para aprovechar una parada de autobús o metro, una tienda concurrida, un quiosco…


Una buena posibilidad para adelantar metros a semáforo cerrado es invadir el carril contrario. Atención, evidentemente esto es incorrecto y pueden denunciarte por ello (por ejemplo en Barcelona seguro, en Madrid raramente), pero desde aquí nuestra prioridad son las maniobras seguras y con las que podemos evitar otras situaciones de más riesgo, y pasar por donde no hay nadie es evidentemente más seguro que hacerlo entre vehículos. Sin embargo, mucho cuidado con esta maniobra: jamás debe hacerse «rápido» y siempre vigilando cada coche y conductor, pues –sobre todo si el atasco es gordo en un sentido- alguno podría decidir dar media vuelta (incorrectamente, pero «no es imposible») y ahí el problema sería serio; por desgracia es otro golpe habitual, y feo, en ciudad. Para evitarlo tampoco te coloques donde los coches no puedan verte (motorista arriba, izquierda).

El truco

No existe mejor consejo para afrontar el tráfico denso que tener las manos «preparadas» sobre los mandos de nuestra moto o scooter. Bien al contrario que en coche, donde conviene tomárselo con calma y relajo, sobre dos ruedas estaremos muy atentos a todo lo que ocurre a nuestro alrededor, para poder aprovechar los huecos que se nos abran, para esquivar de antemano a quienes vayan a desviarse de nuestro camino o cruzarse en él, y sobre todo para reaccionar ante las «agresiones» que podamos recibir. Por eso conviene circular con uno o dos dedos en cada maneta de freno, y con el pulgar izquierdo sobre la bocina, de forma que si necesitamos hacer uso de los frenos o la bocina minimizemos el tiempo en hacerlo: esas décimas de segundo que pasan desde que decidimos frenar hasta que abrimos la mano del puño y ponemos los dedos sobre la maneta, pueden marcar la diferencia entre anécdota o susto, y algo más grave. Eso, y la capacidad de fijarse en qué están haciendo y harán los demás vehículos, es lo que diferencia un conductor experto y seguro de uno que no lo es.


  • Evita situarte en las zonas «ciegas» de los coches, básicamente sus «tres cuartos» traseros, donde ni siquiera «queriendo» podrán verte directamente ni a través de ningún espejo.
  • Hazte visible y «domina» tu zona de circulación, no ruedes «apartado» por tu carril.
  • Atención cerca de los cruces, prevé la posible trayectoria de los coches que circulan a tu alrededor y evita pasar por ahí: adelántate incluso y desvíate para esquivar sus posibles movimientos.
  • Si el tráfico de obliga a estar «mal situado» ante un cruce u otra situación similar, prepárate para frenar y ten un dedo en la bocina para avisar a quien pueda cruzarse en tu camino: más vale anticiparse «para nada» que lamentarse después.
  • Cuidado con los coches detenidos o aparcados porque de ellos puede bajar gente y el golpe con una puerta abierta de improviso es de los más habituales en ciudad.
  • Para llegar el primero al semáforo no «vale todo» pero con los demás vehículos parados tenemos una buena ocasión para ganar metros con mínimo riesgo: aprovéchala.
  • Atención si decides usar el carril contrario para ganar metros, no lo hagas nunca rápido pues alguno de los coches de la izquierda podría decidir dar media vuelta.
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miércoles, 4 de junio de 2014

TECNICAS DE CONDUCCION EN GLORIETAS

Basta acercarse (a pie) a una glorieta y observar el tráfico que pasa por ella para darse cuenta que, con el reglamento en la mano, a la mayoría de quienes circulan por ellas se les podría amonestar por unas faltas u otras: no respetar la prioridad de paso (quien accede debe dejar paso a quien circula por ella), circular por el carril equivocado cuando se va a abandonar (el interior, cruzando el exterior al salir), bloqueándola cuando hay atascos... Así que, cuando nos toca pasar por una glorieta, tendremos que tener todo eso en cuenta, eso más algo importante que nunca hay que olvidar cuando se anda sobre dos ruedas: para nosotros la prioridad es evitar las situaciones de riesgo y de nada sirve «tener la razón» si por culpa de otro acabamos con un susto o un golpe. Recuerda siempre que dos de cada tres accidentes de scooter tienen como culpable un coche, así que lo que
haremos no será «buscar» el toque de quien está haciendo algo mal, sino prever esa situación y evitarla. Para eso recuerda nuestra primera lección: pulgar izquierdo siempre a punto en la bocina, pues un aviso a tiempo nos salvará la mayoría de veces

Incorporación

Los que circulan por la glorieta tienen preferencia y hay que esperar la oportunidad de que nadie venga por el carril al que vas a incorporarte, pero ¡cuidado! si enseguida hay otra salida: es muy posible que venga alguien circulando por el carril interior con intención de salir por ahí, cruzando el carril exterior por el que tú te ibas a incorporar (correctamente ya que estaba libre). Él lo habrá hecho mal y, llegado el caso, la policía y su seguro lo saben igual que tú y yo (él creerá que «ha trazado bien»), pero evitar esa situación de riesgo es tan sencillo como esperar a que esté a tu altura e incorporarte con la vista puesta en su parte trasera izquierda... que seguramente desaparecerá enseguida por tu derecha (por esa salida). Este es de esos casos en los que hacer las cosas correctamente no es garantía de hacerlas con seguridad (por culpa de los demás... pero están ahí).


Salida

Ya estamos dentro de la glorieta y ahora es nuestro turno de hacerlo bien: cuando la siguiente salida sea la tuya deberás cambiarte al carril exterior para salir desde ése y no desde el interior. Si no lo haces así estarás cometiendo el mismo error al que nos enfrentábamos antes y te expones a que haya otro vehículo circulando por el carril exterior, en cuya trayectoria de cruzarás tú, y ya sabemos que eso en moto no es nada interesante que ocurra. Por cierto si la zona no es habitual y te das cuenta que te vas a pasar «tu» salida (seguramente circulando por lo
tanto por dentro), NO frenes para salir por ahí como sea: evita esa situación de riesgo y da tranquilamente otra vuelta a la glorieta, pues a fin de cuentas ésa es una de sus grandes ventajas.

Atasco

Cuando aumenta la densidad del tráfico en las inmediaciones de una glorieta el atasco parece inevitable, pero demasiadas veces lo que en realidad ocurre es que la torpeza de quienes por allí circulan provoca retenciones en el acceso a la intersección: las calles o carreteras de salida están vacías mientras los accesos a la glorieta permanecen bloqueados. Como tú vas sobre dos ruedas podrás moverte pese a ese bloqueo, pero observa bien cómo se están moviendo los demás antes de decidir por dónde pasarlos para evitar lo de siempre: no hay que cruzarse en la trayectoria de otros, o por lo menos elegir un paso que nos ponga en un riesgo mínimo de que alguien decida salir por ahí de repente.

¡Practica!

Quizás te parezca insólito, pero las glorietas son uno de los lugares mejores para practicar nuestro dominio real de nuestra moto: se trata de ser capaces de decidir por dónde queremos que ella vaya. Acuérdate cuando llegues a una glorieta despejada y da varias vueltas decidiendo, a base de fuerza en el manillar, por dónde quieres pasar exactamente, cambiando de línea en plena inclinación, tocando el freno delantero y aguantando con los antebrazos la tendencia que seguramente notarás a abrir la trayectoria... Cuando llegues a la certeza que dominas
totalmente la moto o scooter que llevas, y no al revés, cuando «mandes» realmente tú, habrás dado un gran paso en tu técnica de conducción. Muchos jamás llegan a ese nivel y, en una situación apurada, tendrán menos posibilidades de contarlo luego como anécdota.


Nuestro truco

Nunca insistimos bastante en lo importante que es tener las presiones adecuadas en las ruedas de
cualquier moto o scooter: en esta época navideña puedes regalarte un manómetro de mano (tipo «bolígrafo» por ejemplo) con el que podrás estar seguro de tus mediciones en cualquier sitio donde haya aire a presión, pero por si no lo tienes y llegas un día a una gasolinera de cuyo medidor no te fías, el truco es tan sencillo como no bajar nunca las presiones que lleves. Una presión baja puede provocar una caída fácilmente, mientras que llevarlas demasiado altas es menos perjudicial. Si el manómetro indica de más, evitarás quedarte con poca presión. Así que ya sabes: o usas un manómetro fiable o evitas quitarles aire.

Recuerda que...


  • La mayoría entra, sale y circula por las glorietas mal, pero nuestra misión en pasar por ellas sin incidentes, no «tener la razón» a cualquier precio.
  • Prevé la trayectoria de quien circula contigo y evita cruzarte en esa línea.
  • Entra con decisión: un scooter automático, aún de sólo 125cc, acelera mejor que la mayoría de conductores con su coche.
  • Permanece atento a todo el tráfico a tu alrededor: quienes están delante, detrás, a tus lados y los que van a entrar.
  • Pulgar izquierdo en la bocina: un aviso a tiempo casi siempre te salvará, y más vale prevenir que curar.
  • Si te equivocas, da otra vuelta a la glorieta pues ésa es una de sus ventajas, y sal con tranquilidad por donde debías en lugar de frenar y crear una situación apurada.
http://www.motociclismo.es/consejos/tecnicas-conduccion/articulo/tecnicas-conducci%C3%B3n-conducir-glorietas