viernes, 4 de noviembre de 2016

Cómo desabollar escapes 2T

Por más cuidado que tengamos y por muy fino que uno conduzca tarde o temprano el escape de nuestra enduro dos tiempos acabará tropezando con una o más piedras, rocas, incluso golpeando contra el suelo tras un salto alto y una recepción con tope de recorrido… Y, como en las mecánicas de dos tiempos las formas del tubarro están diseñadas para extraer la mejor respuesta del motor, en cuanto se modifican sensiblemente por los golpes, se altera su volumen junto al recorrido del humo y de las ondas sonoras, cambiando el rendimiento del propulsor.
Sucede generalmente, salvo que el abollón sea muy gordo, que la merma de rendimiento no se aprecia de forma acusada, pero la suma de bollos genera que el mal aumente paulatinamente. Un día el escape se lleva un toquecito, en otra excursión otro, y así hasta que su físico queda irreconocible y, por ende, el motor, casi desfallecido.
¿Soluciones? La más cara, montar otro tubo. La más lógica y simple, desabollarlo. Para desabollar un tubarro hay diversos sistemas, siendo el que os mostramos el más popular, basado en inflar el escape para quitar los bollos por la fuerza del aire acompañada de calor sobre el punto a reparar. Básicamente se ponen unos tapones en los dos extremos del escape, se introduce aire a presión y se calienta con un soplete la zona abollada hasta que el hundimiento sale por la presión del aire que hay dentro. Cuando lo desabollamos y, dejamos el tubarro como el primer día, es cuando nos damos cuenta de lo que estábamos perdiendo. ¿Empezamos?

KIT DE DESABOLLAR

Entre los diversos sistemas que hay pararealizar esta operaciónhemos escogido esteformado por dos bridas multi-ajustables, un soplete de fontanero, un martillo y guantes gruesos, para noquemarnos ni dañarnoslas manos.

HUELLA DEL DELITO

Si hay algo que más envejece y afea una moto de enduro es un escape con abollones. En este caso, al tratarse de un modelo que no va pintado, su chapa lleva un tratamiento especial para evitar la oxidación y la mala imagen se acentúa más. Toca desmontar el tubarro.

AJUSTAD LA BRIDA

Cada abrazadera está estudiada para colocarse en una de las bocas. Ésta es la que ha de ponerse en la parte fina del escape, donde conecta el silenciador. Incorpora una válvula de seguridad regulable por si la presión que hay dentro del tubarro es demasiado alta.

AHORA, LA OTRA

Como en el caso de la anterior brida su colocación sobre la boca del escape no requiere mucha explicación. Una vez colocada en la posición correcta apretad sus tornillos para cerrarla. Poned especial atención a que las juntas de sellado queden bien centradas.

HINCHANDO

Con un manómetro verificad la presión de aire que estáis inyectando en el escape. Actuad con racionalidad, comenzando con poca carga, a lo sumo de 1 kg. Si observáis que en los pasos sucesivos no tenéis éxito, entonces aumentad la presión. 


CALENTAMIENTO

Aplicad calor con movimientos del soplete en círculos alrededor del abollón. En escapes como éste, con tratamiento brillante y de chapa muy gruesa, hay que dar calor durante más tiempo para obtener resultados. Debéis llegar a ver la chapa «al rojo».

COMENZAD A DESABOLLAR

Con el martillo id dando golpecitos sobre la zona que estáis calentando. Estos impactos ayudan mucho a que salga el abollón. Insistimos que en este tipo de escapes el tratamiento externo de su chapa se deteriora con el soplete… Peor es llevarlo abollado.

MÁS BOLLOS

Una vez que ya habéis sacado un bollo seguid con el mismo proceso en los demás. Hay que verificar, de cuando en cuando, la presión del aire o si se han desajustado las bridas. Y que no haya fugas pues un poro en el escape no os permitirá seguir -habría que soldar-.

AVANZAD

Poco a poco el tubarro va recuperando sus formas iniciales. Es más cuestión de paciencia que de habilidad. Hay que calentar toda la zona abollada progresivamente y usar el martillo con suavidad y dejándolo rebotar. Ese el «quid» de la cuestión.

BUEN APOYO

Como se ve en las fotos nos facilita mucho la tarea tener bien firme y apoyado el tubarro, sobre un caballete de moto, por ejemplo. Esto os dejará las dos manos libres y podréis manejar mejor el martillo.

VERIFICACIONES

Una vez listo el escape, recolocadlo en la moto. Si no embocara bien el silenciador o el cilindro, o algunos de sus anclajes no os coincidieran, podréis devolverle sus cotas sujetándolo con un pie y un mano y, en la otra, con ayuda de una barra, tirando como os mostramos en la foto.

LISTO

Las diferencias son evidentes. Insistimos que únicamente en tubarros con este acabado cromado la estética se ve afectada. En otros bastará con aplicar una capa de pintura anti calórica. Recomendamos colocar un cubre escape que tantos golpes os puede evitar.